Sonia, una farmacéutica de 35 años, está harta de de "comprobar" una y otra vez como el mundo se pone en su contra. "Parece que todo y todos se han puesto de acuerdo para fastidiarme la vida", me comenta. Podríamos decir que esa es la queja principal de la paciente.
"Siempre me ha pasado: me irrito y me cabreo a la primera de cambio. Al final suelo terminar hecha un mar de lágrimas ¡y la mayoría de las veces es por tonterías! Es como si no pudiera soportar que las cosas no vayan como a mí me gustaría"
"Te pongo un ejemplo reciente: hace un par de días tenía una excursión con unos amigos que llevábamos planeando desde hacía semanas. Al final, una se puso mala, el otro tuvo un imprevisto laboral y la otra dijo que para ser solo dos, mejor lo dejábamos para otra ocasión. Total, que al final tuvimos que cancelar todo. El caso es que las razones eran buenas, si mi amiga está mala no la vas a obligar a ir y si Juan tenía una reunión, no vas a obligarle a no acudir ¡es de cajón! Bien, pues aún pensando así, me sentó fatal y me enfadé con ellos"
"Es como si cualquier imprevisto u obstáculo fuera una catástrofe" "Necesito que las cosas salgan siempre como yo quiero y si pasa algo que lo impide, se me cae el mundo encima" "reconozco que soy una persona bastante perfeccionista y que eso hace que me sienta como me siento cuando las cosas no salen bien. Me frustro. Siempre me ha pasado, desde pequeña"
Bien, como podrás deducir, el problema princpal de Sonia es una Baja Tolerancia a la Frustración (BFT).
Uno no nace con BTF sino que la aprende. Si tus padres nunca te han enseñado lo que es la demora en la obtención de tus objetivos o metas, sino que siempre te han proporcionado lo que has querido de forma inmediata, es muy probable que tiendas a padecer BTF, ya que no te han enseñado a tolerar la espera para la consecución de tus metas a medio y a largo plazo. Este tipo de educación ha dado como resultado que tengas varias ideas o formas de pensar irracionales que sustentan tu BTF.
Según Albert Ellis, algunas de estas ideas irracionales relacionadas con la BTF, serían:
"Es catastrófico el hecho de que las cosas no salgan como a mí me gustaría"
"Siempre existe una solución perfecta y precisa para todos los problemas y si no la encuentro, las consecuencias pueden ser tremendas"
"Necesito que todos me quieran y aprueben mi forma de ser, sino el mundo sería horrible"

En la vida, hay muchas ocasiones donde las cosas no salen como te gustaría, es por ello que resulta de gran utilidad saber adaptarte a estas situaciones sacándoles el mayor partido posible: encontrando el lado positivo a lo que ocurre, reflexionando sobre alternativas de pensamiento y buscando soluciones a la situación que te representa un problema.
La BTF no hace sino que añadir problemas y malestar a tu vida diaria ya que es mucho más fácil que sientas emociones negativas cuando las cosas salen mal y eso hará que estés menos receptivo para pensar de otra manera y buscar nuevas soluciones. Todos sabemos que cuando nos "saturamos o nos bloqueamos" damos menos de sí.
¿Y cómo trabajo para aumentar mi tolerancia cuando las cosas no salen a mi gusto?
Suele resultar bastante útil utilizar la Exposición. Esto se haría provocando situaciones que te impidan alcanzar ciertas metas u objetivos de forma inmediata.
Por ejemplo: Luis tiene un problema de BTF y ahora se está enfrentando a él cada día porque está a régimen. Para hacer frente a su BTF se ha comprado una caja de bombones que tiene encima de la mesa de la cocina todos los días. A Luis se le lleva el diablo cada vez que la ve y le entran unas ganas inmensas de coger varios bombones pero sabe que eso sería caer en la tramapa: 1º porque rompería su régimen y 2º porque estaría alimentando (¡nunca mejor dicho!) su BTF.
También suele resultar beneficioso trabajar de forma cognitiva con las ideas irracionales que sustentan la BFT. Es importante hacer ver al paciente las desventajas (emociones negativas intensas y frecuentes, problemas contigo mismo, problemas con los demás....) e inutilidad (no te acercan a sus objetivos sino que muchas veces te acabas alejando de ellos) de su forma de pensar. El Diálogo Socrático y los Experimentos Conductuales serían una buena opción.
Sara Llorens Aguilar
sllorens@cop.es
www.profesionaldelapsicologia.es
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