Hace algunas semanas te
hablé en un post de los casos de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) en los que las compulsiones
eran de tipo mental o encubierto (imágenes, pensamientos, contar mentalmente…).
Te hablé de que había cierto porcentaje de población clínica que se encuentra en esta situación. Al ser un porcentaje más
pequeño que aquellos cuyas compulsiones son manifiestas, siempre se le ha
prestado una menor atención de la que en un principio requería.
Si leíste el post,
recordarás que comentamos que el tratamiento también se basaba en la Exposición
con Prevención de Respuesta (EPR) pero con algunas particularidades a tener en
cuenta.
La EPR en estos casos
es la EPR
a través de grabaciones. Te
voy a explicar brevemente cómo tendrías que llevar a cabo este tipo de exposición:
1. Realizamos una
jerarquía de situaciones que causen ansiedad al paciente. Posteriormente evaluamos en nivel de
ansiedad (0 a 10) que le causa cada una.
2. Utilizamos una cinta dónde el paciente grabará sus
obsesiones, de forma que se repita cada x segundos el contenido de la obsesión.
Empezaremos con la obsesión que menos nivel de ansiedad le genere según nuestra
jerarquía. El paciente la escuchará una y otra vez utilizando unos cascos para
ello.

Obviamente, la
indicación esencial en la exposición es decirle al paciente que no puede hacer ningún tipo de compulsión mientras escucha la cinta.
Y…tú te preguntarás ¿Por qué la
EPR a través de grabaciones solventa los
problemas que la EPR normal implicaría
en el caso de los pacientes con compulsiones mentales?
a) Porque el hecho de que la obsesión esté
grabada, controla el problema de la imprevisibilidad de la misma (facilita el
número de veces que se presenta, la
frecuencia, intensidad, el tipo de obsesión…), lo que facilita la habituación a
través de una exposición adecuada.
b) Porque
resuelve el problema de las dificultades
que el paciente pueda tener para provocar la obsesión por sí mismo en el momento en el que se le
pide hacerlo.
c) Porque se
facilita la localización de las compulsiones o conductas de
neutralización del paciente. Para dificultar aún más la posible presencia decompulsiones, podemos aumentar la velocidad de presentación.
d)
Porque el que la obsesión esté grabada,
obliga al paciente en cierta forma a que
su pensamiento siga la cinta y ello dificulta la presencia de compulsiones.
No olvides
que, además de este tratamiento conductual, cierto grado de terapia cognitiva (la
misma que utilizamos para pacientes con
TOC cuyas compulsiones son manifiestas) puede ser recomendable e incluso necesaria según el caso.
Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
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