Hoy te voy a hablar de un estudio
que leí hace poco y que me pareció
curioso, además de interesante. Por si a alguien le interesa echar un vistazo
al artículo, el estudio del que te hablo se llama: How is the Beads Task related to intolerance of uncertainty in anxiety
disorders? de R.J. Jacoby et al.
La Baja Intolerancia a la Incertidumbre (BTI) ha demostrado ser un
sesgo cognitivo presente en trastornos de la ansiedad como el Trastorno de
Pánico, la Ansiedad Generalizada y el Trastorno Obsesivo Compulsivo (aunque según
el DSM V éste último ya no sea considerado como trastorno de ansiedad). Sin
embargo, una limitación importante es que todas las medidas de BTI se basan en cuestionarios
que completa el propio individuo a evaluar (self-reports). Es importante tener
una cierta variedad metodológica y aquí es cuando entra en escena The bead task (el ejercicio de las cuentas), que es de lo
que te voy a hablar en este post
The bead task es un
ejercicio de inferencia probabilística
cuyo objetivo es evaluar la tolerancia a la incertidumbre. Se basa en medir las
cuentas que el sujeto necesita para decidir de qué bote se ha sacado la cuenta
que el investigador le ha proporcionado. Te explico: hay dos botes, cada
uno de ellos contiene cuentas de 2
colores en proporciones similares (por ejemplo, 40% rojas y 60% blancas vs 45%
rojas y 55% blancas) y el sujeto ha de decidir a cuál pertenece la que tiene y
para ello ha de ir sacando las cuentas de los dos botes y examinarlas para
decidir dónde va la suya. Cuanto más similares sean los porcentajes en colores,
más difícil es la tarea.
La hipótesis sostiene que los
participantes con BTI utilizarán más cuentas para decidir dónde va la suya.
En este estudio se comparó
el grupo control con grupo ansioso y se
hipotetizó que el segundo utilizaría más tiempo y más cuentas para decidir.
También se sugirió que su estrés aumentaría más conforme la dificultad de la
tarea en comparación con el grupo control.
Al contrario de lo que se creía,
se observó que no habían diferencias significativas entre los dos grupos respecto
al número de cuentas y tiempo necesarios para decidir. Estos resultados
contradicen otros de estudios anteriores que afirman, por ejemplo, que los
sujetos con TOC tardan más tiempo y necesitan más información para decidir. Los
resultados del presente estudio sugieren que la clave no es la respuesta
conductual a la bead task lo que
diferencia el grupo ansioso del control, tal y como se pensaba hasta ahora.
También es interesante recalcar
que hay individuos que dan respuestas rápidas expresamente para evitar
precisamente la incertidumbre que supone buscar la respuesta correcta, esto
podría calificarse como una forma de evitación. Este punto hay que tenerlo en
cuenta para futuros estudios porque podría ser una de las razones por las
cuales se obtuvieron resultados contrarios a la hipótesis principal.
Estos resultados indican que las personas con BTI son igual de capaces
de actuar en situaciones ambiguas que cualquier otro individuo. Sin embargo, es
su respuesta emocional (elevado estrés) lo que dificulta la vivencia. Si conseguimos
replicar estos resultados, sería importante recalcarlo en la fase de
psicoeducación en consulta, ya que la mayoría de gente con BTI se declara
incapaz de actuar en situaciones ambiguas cuando eso en realidad no sería así (no
necesitan más tiempo para decidir ni tampoco más información) pero lo perciben
como tal por el elevando grado de estrés que les suponen dichas situaciones.
Interesante...
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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
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