Existe una hipótesis al respecto, una de tipo psicológico y otra de tipo fisiológico.
En el área de la psicología, se dice que esto pasa porque cuanta más edad tenemos, más acostumbrados estamos a repetir los mismos actos y por lo tanto resultan menos novedosos. La rutina de estas acciones ya conocidas, hace que las vivamos con menos intensidad emocional y que por lo tanto todo nos parezca que pasan más rápido. Cuando hacemos una cosa por primera vez, la estamos aprendiendo y nos cuesta un esfuerzo físico y/o psicológico relativamente alto, además de más tiempo invertido. Estas primeras veces las vivimos con más intensidad emocional. A medida que llevamos a cabo el mismo acto numerosas veces, acabamos haciéndolo de forma automática, requiriendo menos tiempo y esfuerzo por nuestra parte.
Y a lo mejor te preguntas: ¿y por qué pasa esto? ¿por qué nos acostumbramos a hacer todo de forma automática? ¿No sería mejor vivir todo con más intensidad? (¡seguro que si te haces esta última pregunta estás pensado únicamente en las experiencias positivas pero no en las que no lo son tanto!)
Y ya de paso que estamos con el tema... añado un pequeño matiz relacionado con esto pero más circunscrito a terapia. Cuando a veces los pacientes me preguntan en los casos de terapia de exposición: ¿entonces me voy a tener que exponer a todas y cada una de las situaciones que me generan miedo/ ansiedad? Así no voy a acabar nunca. La respuesta es "no", precisamente por el efecto de generalización que se produce. Una vez te enfrentas a determinadas situaciones que te generan miedo y las superas, los resultados se generalizan a otras situaciones que también temías pero a las que no ha hecho falta enfrentarte directamente.
Por ejemplo, una persona con fobia a las arañas, no necesita enfrentarse a las cientos de especies arácnidas que puedan existir para deshacerse de su fobia por completo. Al igual que una persona con ataques de pánico no necesita enfrentarse a todos y cada uno de los sitios en los que podría darle una crisis. Los resultados se generalizan porque nuestro cerebro funciona así para una mejor adaptación. Darwiniano.
Siguiendo con el tema del paso del tiempo, también está la hipótesis fisiológica que está relacionada con un neurotransmisor llamado Dopamina. Esta sustancia del cerebro estaría ligada a la percepción del tiempo (entre otras cosas), de forma que cuando envejecemos, la dopamina va disminuyendo haciendo que nuestra percepción del tiempo cambie y nos parezca que todo sucede mucho más deprisa.
En cualquier caso. pase el tiempo más deprisa o más lentamente, lo que está claro es que hemos de aprovecharlo y disfrutarlo al máximo, porque... segundo que pasa, segundo que ya no vuelve y eso es igual para todos, a cualquier edad y bajo cualquier circunstancia.
![]() |
Posibilidad de terapia por Skype |
Únete a nuestro grupo de Facebook
Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
Comments
Post a Comment