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Debido a los mensajes que me habéis enviado algunos de vosotr@s y a las sugerencias de mis pacientes, tenía pensado empezar esta semana con una sección de vídeoblog, pero como la psicología se me da bastante mejor que la tecnología... no he conseguido subir el vídeo que he grabado, así que habrá que esperar a que esta psicóloga se haga con ello mientras entrena en el mundo de la informática su baja toleracia a la frustración.
El tema del vídeo no tiene nada que ver con el post de hoy pero como me han surgido esta semana varios casos de trastornos sexuales, me he dicho que era un buen tema para el domingo por la tarde. Así que aquí estamos, hablando de la disfunción eréctil (DE)
A día de hoy, hay intervenciones quirúrgicas para tratar
el problema, aunque no son recomendables para cualquier tipo de paciente y
además son muy invasivas, por lo que se
escogen como última alternativa. También nos encontramos con tres posibilidades farmacológicas a tener en
cuenta: Viagra, Cialis y Levitra, que suelen mejorar la erección del 75% de
los hombres que las toman. Aunque el
hombre consigue la erección, el uso de estos medicamentos falla a la hora de
tratar el problema de base (sea de tipo individual o de pareja). Lo que se
suele aconsejar es un tratamiento conjunto, es decir, fármacos junto a terapia
psicológica, individual o de pareja, según
requiera el caso.
Para que te hagas una idea de lo
que sería un esquema básico de terapia para estos casos, las fases serían las
siguientes:
1. Reducción de ansiedad y desensibilización.
Esto está muy relacionado con el rol
del espectador, es decir, el hombre está centrado en cómo se desarrolla
el acto sexual (tengo una buena erección,
no la tengo, no lo voy a conseguir, estoy demasiado nervioso, parece que la
estoy perdiendo, ya debería tenerla, mi pareja se va a cansar y de un momento a
otro me va a preguntar, estará pensando que...) y no en la estimulación erótica, lo que va a
dificultar en gran medida una relación sexual satisfactoria. El problema no es la ansiedad en sí misma
sino los efectos asociados a la distracción por estar nervioso, que hacen que el paciente
"no esté donde tiene que estar" en esos momentos.
2. Intervenciones cognitivo-conductuales.
La psicoeducacción es básica para deshacer falsas expectativas y creencias
irracionales sobre las relaciones sexuales. Una buena educación en el terreno
sexual nos ahorrará muchos problemas (frustración, discusiones, incomprensión,
agobio...).
El entrenamiento en imaginación
junto con masturbación también es una técnica recomendada para aumentar el
control y la confianza en uno mismo en el terreno sexual. De hecho, muchos
profesionales lo recomiendan al inicio del uso de medicamentos para que el paciente se sienta más cómodo y se
familiarice con los efectos del fármaco en su cuerpo. Aún así, hay que tener
cuidado con que el paciente no use las fantasías como un parche para no admitir
que ya no siente deseo sexual por su pareja, por lo que está técnica tiene que
ser algo temporal. La Focalización Sensorial, es una buena alternativa, ya que son los dos miembros de la
pareja los que participan en la terapia sexual.
3. Incremento de la estimulación sexual.
La forma en la que la pareja
pueda alcanzar el orgasmo es fundamental ,es decir, si puede conseguir orgasmos
sin necesidad de penetración (con sexo oral o con masturbación, por ejemplo), va a disminuir en gran medida la ansiedad del
paciente y esto aumenta las probabilidades de éxito terapéutico y disminuye la
tensión o problemas que el trastorno pueda causar en la pareja.
Por otra parte, hay que tener en
cuenta que las necesidades varían según la edad. Por ejemplo, en los hombres
mayores de 60 años, aumenta la necesidad de una mayor estimulación directa del
pene para conseguir una erección que quizás antes podía conseguirse de forma
más espontánea. Si esto no lo sabe la pareja, ésta puede pensar que la ausencia
de erección es debida a un bajo deseo sexual o la falta de atracción, lo que
puede minar su autoestima y perjudicar la relación entre ambos.
4. Entrenamiento en asertividad y comunicación de pareja.
Esto es y siempre será necesario para que cualquier pareja tenga una
buena relación, estemos hablando de problemas sexuales o de cualquier otro
tipo. Si no hay comunicación de calidad, no puedes conocer al otro y el
ámbito sexual no es una excepción. Problemas de comunicación, la falta de
intimidad y de confianza, así como la lucha de poder, suelen venir cogidos de la mano de los problemas de tipo sexual, incluyendo la
DE, con lo que la terapia de pareja se hace necesaria para estos casos.
Y sobre todo, por encima de todo, la pareja ha de tratar el tema con respeto, cariño y paciencia, dando confianza y apoyo a la persona que sufre el problema.
Si eres profesional y estás interesad@ en la terapia sexual, te recomiendo el libro: Principles and Practice of Sex Therapy.
Fifth Edition.
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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
¡Gracias por la info sara! es de mucha utilidad, ¡Te seguiré de cerca!
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