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En un post anterior te hablé de las características de un duelo normal y en otro de las funciones que tiene dicho proceso. Hoy vamos a seguir con este tema pero esta vez te voy a hablar de los factores que influyen en que el proceso se viva de una
forma u otra según Robert A.
Neymeyer, especialista en psicología del duelo.
El primer factor sería,
obviamente, la persona que ha fallecido
y el vínculo que nos ataba a ella.
El tipo de muerte es un factor importante. Según Neymeyer, el tipo de muerte podría clasificarse en las
siguientes categorías: natural, accidente, homicidio y suicidio. Es obvio que
no todas ellas van a generar el mismo
tipo de emociones (rabia, frustración, ira, incertidumbre...) y por lo
tanto, el proceso probablemente sea más complicado y largo en según qué tipo.
Tampoco se vivirá de la misma
forma una muerte súbita que otra esperada, en la que se ha tenido tiempo (meses,
a veces incluso años) de asimilar la
situación y como va a ser la vida cuando la otra persona ya no esté.
Estado mental de la persona e historial clínico: personas con
determinados problemas psicológicos pueden sufrir más. Por
ejemplo: las que han sufrido anteriormente depresión, suelen tener más
dificultades. Ciertos trastornos de personalidad, como por ejemplo el Trastorno
Límite de Personalidad, también pueden dificultar mucho un proceso como éste.
Si la persona ha pasado previamente por otros duelos, es más
probable que pueda afrontarlo mejor que si es la primera vez. Cómo haya
afrontado esos duelos anteriores nos puede ser útil para predecir cómo lo va a elaborar
esta vez.
Otro factor a tener en cuenta es el tipo de apego con el fallecido. Es
decir, cuán intensa era la relación con esta persona, si se dependía mucho de
ella para el día a día, si su presencia generaba seguridad, si la relación era
buena o conflictiva, los sentimientos que se albergaban hacia el fallecido...
El factor social también es relevante, ya que cuanto más apoyo de familiares,
amigos, compañeros... se tenga, más llevadero se hará el duelo. De hecho, los estudios
confirman que las personas que perciben
poco apoyo social, suelen tener duelos más
complicados.
Y por último pero no menos
importante, las variables de
personalidad. No afrontará el duelo de la misma forma una persona independiente,
habituada a afrontar los problemas, con cierto nivel de resiliencia... (por
mencionar algunas características de muchas) que otra que carece de todo ello, haciéndola así más
vulnerable a una situación de pérdida y por lo tanto, al sufrimiento.

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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
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