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Hoy seguimos con las emociones sociales y esta vez te voy a hablar de la envidia. La envidia consiste en desear lo que tienen otros y al mismo tiempo desear que esos otros
pierdan lo que tienen o les ocurra
alguna desgracia. Lo que se envidie va a depender del autoconcepto (recordemos que en gran parte nos definimos a
nosotros mismos en base a las relaciones
interpersonales, es decir, las relaciones con los otros) y de las prioridades/deseos/necesidades de la
persona. Es decir, tendemos a envidiar a
las personas cuando éstas superan de alguna forma nuestras capacidades,
habilidades, situación personal/profesional, bienes materiales... todo
dependerá de la importancia que cada uno le dé a estos aspectos. Los aspectos
que consideramos más importantes son los más susceptibles de ser envidiados.
Para que te hagas una idea, vamos con un par de ejemplos: si para ti es muy
importante el físico, será más fácil que sientas envidia por las personas que
tienen el aspecto que tú querrías tener;
si siempre has deseado tener una familia y un hogar porque consideras que no los has tenido, es más fácil
que sientas envidia por las personas que sí se han criado en un buen ambiente
familiar.
Parece ser que cuanto más
inferior te sientes (baja autoestima) y mayor percepción de que la vida es
injusta tienes, más fácil es sentir envidia.
A nadie le gusta sentirse inferior a los demás ni admitir que desea el mal ajeno, es por eso que la envidia se percibe como una emoción desagradable y moralmente inaceptable, porque en parte es reconocer que percibes tu situación como inferior en comparación con el otro y que además tienes sentimientos negativos hacia esa otra persona.
A nadie le gusta sentirse inferior a los demás ni admitir que desea el mal ajeno, es por eso que la envidia se percibe como una emoción desagradable y moralmente inaceptable, porque en parte es reconocer que percibes tu situación como inferior en comparación con el otro y que además tienes sentimientos negativos hacia esa otra persona.
¿Y en qué se distingue la envidia mala de la llamada envidia sana?
Pues que en la segunda estaría el deseo de
tener lo que posee el otro pero sin querer que éste pierda lo que tiene
o le suceda alguna desgracia. Podría decirse
que es una envidia más... light. Según los autores del manual, la envidia sana no es tal, ya que carece de las
características que definen la emoción de envidia (emoción que se percibe como
desagradable y moralmente inaceptable y que además incluye sentimientos de hostilidad y rechazo hacia quienes se
envidia) y que más bien sería un tipo de admiración hacia otros o hacia lo que
otros poseen más que envidia en sí misma.
Por otra parte, la envidia engloba varias emociones que se van dando de forma secuencial (una
detrás de la otra) y serían las siguientes:
- Deseo de lo que tiene la otra persona.
- Hostilidad y admiración hacia esa persona.
- Resentimiento global.
- Sentimientos de inferioridad y de culpa.
¿Y qué diferencia la envidia de los celos? Podríamos decir que la
envidia se da cuando no se tienen y se desean cualidades, posesiones o relaciones
que otra persona disfruta, al tiempo que se desea que quien las posee las
pierda o tenga mala suerte. En la envidia destacan sobre todo sentimientos de
inferioridad, nostalgia, resentimiento y hostilidad hacia la persona envidiada. Sin embargo, los celos se suelen dar en una relación ya establecida, cuando la persona tiene
miedo de perder una relación importante con alguien significativo, debido a la
presencia de un rival. En los celos nos encontramos sobre todo: miedo a la
pérdida, ansiedad, sospecha e ira. Además, los celos son socialmente más
aceptados que la envidia.
En el próximo post te hablaré de la empatía. Emoción más positiva que la envidia pero que sin embargo hay que tener en cuenta cómo y... en qué medida usarla.
En el próximo post te hablaré de la empatía. Emoción más positiva que la envidia pero que sin embargo hay que tener en cuenta cómo y... en qué medida usarla.

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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
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