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Ya te he hablado en anteriores ocasiones de la anorexia y su tratamiento. La terapia con personas que
padecen este problema es especialmente difícil porque la mayoría de veces
vienen obligadas y no son conscientes del problema, al ser un trastorno de tipo egosintónico (puedes
recordar lo que significa esta palabreja aquí) el interés por la propia
recuperación es mucho menor y en ocasiones inexistente. Este tema es el
principal protagonista del primer capítulo: la falta de interés en la propia recuperación. Por mucho que nuestros
familiares, parejas, amigos.... nos apoyen y nos motiven, si un@ mism@ no está por
la labor, eso no sale adelante. No hay absolutamente nada que hacer. Y a veces,
por desgracia, uno ha de tocar fondo para poder empezar de nuevo. Esto es un punto que
caracteriza especialmente a las personas con este problema de alimentación en
concreto. Para ser más exacta, las personas con este problema sí que quieren cambiar el infierno en el que viven pero no quieren/pueden pasar por el proceso que implica ese cambio, que empieza por comer.
La posición de la familia de una persona con este trastorno
está bastante bien reflejada en la serie (todo lo bien reflejada que pueda estar en un
capítulo). Se observa algo importante: el vuelco hacia la paciente
en un primer momento y como el mismo comportamiento de la paciente y su
desinterés en hacer nada para recuperarse van
agotando las energías de la familia y ésta va mezclando intentos de
ayuda con resignación. Uno no quiere rendirse, no quiere ver dejar a su hij@
matarse de hambre pero el ser humano tiene un límite, incluídos los padres. Pero esto a veces solo se llega a entender con paso el tiempo, que nos da una perspectiva más realista de la vida y de la naturaleza humana.
También refleja los factores predisponentes y el desencadenantes. Los primeros son lo que van abonando el terreno, poco a poco se van sumando sin que te des cuenta y haciéndote más vulnerable. En este caso presentan ciertos cambios importantes a nivel familiar (no daré más detalles para no estropearte la serie) como factores predisponentes y también ciertos aspectos de personalidad de la protagonista. El desencadenante, que también lo presentan de forma muy clara, podríamos decir que es el que hace que todo estalle. Digamos que es como si tuviéramos un petardo y un mechero y poco a poco los fueramos acercando uno al otro (predisponentes) y al final, cuando la mecha del petardo y el mechero ya se están tocando, encendemos el mechero (desencadenante). Éste es otro punto a favor de la serie porque el espectador puede entender que las cosas no surgen de la nada, que en psicología 2+2 no necesariamente dan 4 y que es el cúmulo de diferentes factores los que llevan a la persona a lo más profundo del abismo.
También refleja los factores predisponentes y el desencadenantes. Los primeros son lo que van abonando el terreno, poco a poco se van sumando sin que te des cuenta y haciéndote más vulnerable. En este caso presentan ciertos cambios importantes a nivel familiar (no daré más detalles para no estropearte la serie) como factores predisponentes y también ciertos aspectos de personalidad de la protagonista. El desencadenante, que también lo presentan de forma muy clara, podríamos decir que es el que hace que todo estalle. Digamos que es como si tuviéramos un petardo y un mechero y poco a poco los fueramos acercando uno al otro (predisponentes) y al final, cuando la mecha del petardo y el mechero ya se están tocando, encendemos el mechero (desencadenante). Éste es otro punto a favor de la serie porque el espectador puede entender que las cosas no surgen de la nada, que en psicología 2+2 no necesariamente dan 4 y que es el cúmulo de diferentes factores los que llevan a la persona a lo más profundo del abismo.
En este primer capítulo también destacan las manifestaciones más típicas y
sus consecuencias: el infrapeso, la obsesión por el peso/comida/silueta, ser
una calculadora humana de calorías, el exceso de deporte hasta acabar con el
último suspiro que a uno le quede, el lanugo, los mareos y desmayos, el uso de laxantes, vómitos, usar ropa ancha y muchas capas, abandono de estudios/trabajo,
aislamiento social, problemas familiares (distanciamiento emocional,
discusiones, aislamiento...) Todo esto es lo que se ve pero lo peor es justamente
aquello que es intangible, lo que nadie
ve: la soledad y la desesperación en su máximo exponente. Y todo lo que ello
conlleva.
La anorexia se lo lleva todo: primero te roba tu cuerpo, luego tu sonrisa, para continuar con tus ilusiones, tus objetivos, tus sueños y acaba quitándote las ganas de vivir. Te convierte en otra persona, en la peor versión de ti mism@. Literalmente, aquí no hay metáforas que valgan. El primer capítulo refleja exactamente esto, por eso lo recomiendo en este blog pero... a pequeñas dosis.
La anorexia se lo lleva todo: primero te roba tu cuerpo, luego tu sonrisa, para continuar con tus ilusiones, tus objetivos, tus sueños y acaba quitándote las ganas de vivir. Te convierte en otra persona, en la peor versión de ti mism@. Literalmente, aquí no hay metáforas que valgan. El primer capítulo refleja exactamente esto, por eso lo recomiendo en este blog pero... a pequeñas dosis.

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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
www.profesionaldelapsicologia.es
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