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He de admitir que la terapia de pareja me gusta bastante, si bien es cierto que algunas de las sesiones pueden ser bastante intensas y en alguna ocasión he llegado a sentirme como si fuera espectadora de un partido de tenis. Sin embargo, pueden llegar a ser muy enriquecedoras y cuando vas viendo los frutos resulta muy gratificante. He dedicado varios posts al tema de los celos porque es algo bastante habitual en la terapia de pareja, aunque ni siquiera sea la razón principal por la que acuden a consulta, y hoy me gustaría resumirte un artículo que me ha gustado y que va sobre este tema, concretamente sobre la distinción entre amor con celos y celos mórbidos.
El artículo en cuestión lleva por título: Jealous love and morbid jealousy y en él,
Maggini, Lundgren y Leuci, explican la diferencia entre lo que llamamos amor
con celos y los celos patológicos. El primero vendría a ser la
semilla del segundo, que puede o no desarrollarse según los factores presentes.
Los celos pueden surgir a raíz de un cambio en comportamiento real o
imaginado por parte de la pareja. Normalmente surgen tras un largo periodo
de aburrimiento o indiferencia afectiva en el que la persona se siente poco
deseada y/o poco importante a nivel emocional para su pareja y alejada de la
misma. Digamos que este ambiente
sería el caldo de cultivo para que surjan los celos patológicos. Sin embargo, según los
autores, se necesitan dos factores clave
para que la explosión de celos tenga
lugar: la idea de una posible
infidelidad y unas características de personalidad determinadas.
Cuando esta experiencia de celos
se convierte en un continuo, se mezclan muchas y diferentes emociones (miedo,
rabia, envidia, odio, ansiedad...). Las emociones se viven de forma tan intensa
que llegan a causar dolor físico en quién las padece. A nivel conductual, la
persona celosa tiene la necesidad de
poseer y controlar al otro hasta el extremo, incluyendo la posesión física,
como si poseer el cuerpo de la pareja implicara poseer su alma. La propia forma
de pensar y actuar, alimenta por su propia distorsión las ideas de celos, con
lo nos encontramos ante un círculo
vicioso. Cuando esto se convierte en el día a día de la relación, hablamos ya
de celos patológicos.
Según Marlow, en las relaciones
amorosas, existen varios tipos de amor:
- Deficiency Love o D-love (por muy mal que suene, vendría a ser algo así como amor con carencias o amor carencial), basado en la necesidad de seguridad y de pertenencia a alguien. Es un tipo de amor más egoísta, basado en la necesidad de posesión y por ello es caldo de cultivo para los celos.
- Being love o B-love (no me convence una traducción literal pero la idea es la de un amor puro y desinteresado a todos los niveles), consiste en amar al otro por su mera existencia y no por lo que nos proporciona, es decir, es un tipo de amor mucho más sano y menos egoísta que no está dominado por la necesidad de poseer al otro y que por lo tanto impide los celos.

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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
www.profesionaldelapsicologia.es
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