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Las vacaciones son un alto en el camino en la vida diaria. Para unos más largas que para otros, en distintas fechas, llevadas de distinta forma... pero todas ellas suelen ser un alto en el camino, como mínimo, del día a día laboral y en muchos casos, del día a día en general. En circunstancias normales suelen representar un soplo de aire fresco, una recarga de la batería. Ayudan a disminuir el estrés, mejorar el estado de ánimo, la autoestima y parece ser que también mejoran la calidad del sueño. Además, estudios relativamente recientes afirman que reducen el riesgo de infarto.
A nivel psicológico, las vacaciones suelen ser para la mayoría de nosotros (siempre hay excepciones) un potente reforzador positivo ¿y eso por qué? ¿Qué beneficios tienen que las hacen tan necesarias? Para empezar...
- Las vacaciones sirven para romper
la rutina. Cierto grado de rutina está bien porque da estabilidad, seguridad y cierta sensación de control al ser humano. La rutina es necesaria más para unos que para otros pero al fin y al cabo necesaria a cierto nivel. Aún así, a pesar de esa seguridad y estabilidad que nos proporciona, también da lugar a cierto grado de automatismo, falta de motivación y aburrimiento. Es sano e incluso necesario romperla de vez en cuando y las vacaciones (sean de una semana, varias o dos meses; sea yéndote de viaje a la otra punta del mundo o leyéndote un libro en la playa) cumplen con esa función.
- Las vacaciones sirven para emplear tiempo en lo que a uno le gusta: leer, tomar el sol, viajar, hacer trabajos de carpintería, cuidar el jardín, hacer un curso, pasar más tiempo con la familia/ amigos, ir al campo, hacer deporte... Lo que sea que a uno le guste y el día a día no le permite (o sí pero uno no encuentra tiempo porque se siente en la obligación de priorizar "otras cosas más importantes"). Esto se resumiría en tener más tiempo para uno mismo. Si bien es cierto que las circunstancias de cada uno son muy diferentes, suele ser más fácil encontar tiempo para uno mismo en vacaciones.
- Las vacaciones sirven para desconectar. Desconectar del jefe, de los compañeros de trabajo, del ordenador, del móvil, de los emails, de las preocupaciones en general... Desconectar de unas cosas para conectar con otras. Yo misma compruebo cada año como las estadísticas de este blog descienden significativamente en los periodos vacacionales para luego recuperar su ritmo normal. Lo dicho, nos deconectamos de muchas de nuestras acciones cotidianas para conectarnos con otras.

- Las vacaciones de verano (que aunque no son las únicas suelen ser las más extensas para una mayoría y además marcan el inicio del curso) sirven para pensar lo que queremos para los próximos meses: posibles nuevos proyectos personales y/o profesionales, nuevos objetivos e ilusiones. Pensar en qué es lo que queremos del nuevo curso y cómo podemos conseguirlo. Para muchos (yo me incluyo) el 1 de septiembre es el equivalente al 1 de enero.

- Las vacaciones de verano son como un break entre el año/curso viejo y el nuevo. Por esto en ocasiones nos sirven para pensar y reflexionar sobre los meses pasados, lo que hemos hecho y lo que no, lo que nos ha sucedido, los cambios por los que cada uno ha pasado, lo bueno, lo no tan bueno... Dependiendo de lo introspectivo que sea cada uno, este "repaso al año/curso" puede dar mucho de sí. Y podemos aprender mucho de él.
- Las vacaciones sirven para coger perspectiva sobre asuntos concretos que acontecen en nuestras vidas en el momento presente. En ocasiones la inercia del día a día no nos deja pensar con claridad sobre ciertos temas. Tomarnos un tiempo en el que nuestra rutina y nuestro contexto cambia, nos ayuda a ver ciertos asuntos con mayor claridad.
- Para algunos las vacaciones representan tiempo para estar con personas que, por diferentes motivos, no pueden ver con la frecuencia que desearían el resto del año . Tiempo con personas queridas.
Las vacaciones tienen como
resultado una vuelta al día a día con más
energía, más ganas (eso va según cada uno porque hay a quién le cuesta mucho "la vuelta a la realidad"). Y si vuelves con
más ganas y más fuerza, te beneficias
directamente tú e indirectamente a tu entorno, tanto personal como laboral. Actúa a modo de onda expansiva.Lo que dure el efecto de la onda ya es otro cantar pero mejor eso que nada.
De momento, le damos la bienvenida a un nuevo septiembre.
De momento, le damos la bienvenida a un nuevo septiembre.
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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
www.profesionaldelapsicologia.es
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