Aquí vamos con
la segunda parte de la sintomatología en el Trastorno de Identidad Disociativo
(TID).
SINTOMAS
CORPORALES DE LA DISOCIACIÓN:
Respecto a los
síntomas corporales, las parálisis, convulsiones y pseudocrisis epilépticas son
las más conocidas en el caso del TID. También es frecuente encontrarnos con alucinaciones auditivas.
LAS
INTRUSIONES:
Las
intrusiones pueden verse reflejadas en
forma de pensamientos egodistónicos (como en el Trastorno Obsesivo Compulsivo),
voces (voces infantiles, voces amenazantes,
voces que discuten entre ellas...) o sensación de estar siendo controlado por
una fuerza externa que parece que te lleva a hacer cosas que no quieres hacer. Todas ellas
pueden estar presentes en el TID y reflejan alteraciones o confusión con la
propia identidad (de esto te hablé en el post anterior). Las voces
disociativas se distinguen de aquellas presentes en la esquizofrenia en que las
primeras suelen surgir en la infancia.
REGULACIÓN
EMOCIONAL Y SISTEMAS DE CREENCIAS:
Como comentamos
en el post anterior, los pacientes con TID suelen tener problemas en reconocer
las propias emociones y las ajenas, ya que no desarrollaron
lo que llamamos mentalización ¿qué es eso? es la capacidad de percibir a los demás como diferentes a mí. La mentalización se desarrolla a través de
un apego adecuado en la infancia. Si la persona no ha tenido una relación sana con su cuidador principal, es difícil que haya podido desarrollar un
nivel adecuado de mentalización.
Las creencias
básicas se crean en la infancia, a través
de las experiencias y la educación recibida. En los casos de TID la
fragmentación es elevada, lo que significa que pueden haber diferentes personalidades que funcionen
de forma independiente, las creencias o esquemas básicos pueden ser muy
diferentes según cada una de las personalidades. Por ejemplo, puede haber una personalidad muy introvertida y tímida, mientras que otra sea el alma de la fiesta; o puede haber una personalidad con buena voluntad mientras que otra sea extremadamente agresiva.
En cualquier caso, los síntomas mencionados no son exclusivos del TID. Pueden formar parte de otros trastornos disociativos, o incluso de otros trastornos psicológicos de distinta naturaleza. Por ello, la evaluación de un posible caso de TID ha de ser exhaustiva y tener muy en cuenta si hay relación entre estos síntomas y un acontecimiento traumático grave en la infancia, ya que esto puede ser un factor clave a la hora de llevar a cabo un correcto diagnóstico.
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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
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