Si sigues el blog,
sabrás que en los últimos meses he dedicado algunos posts a la investigación
que se está llevando a cabo los últimos años en el campo de la neurociencia
sobre el funcionamiento del corazón. Algunas de estas investigaciones las
resume muy bien Annie Marquier en su libro Le
Maître dans le Coeur (En castellano lo puedes encontrar con el título: El Maestro del Corazón. Ediciones Luciérnaga). En él menciona
el llamado principio de sincronicidad por resonancia, al que me gustaría dedicar el post de
hoy.
El principio de
sincronicidad por resonancia
viene a decir lo siguiente:
En todo sistema oscilatorio (físico o
biológico), el oscilador principal manda sobre los osciladores de menor
potencia haciendo que se sincronicen con él. Cuando se da esta sincronicidad
entre los diferentes elementos del sistema, el sistema alcanza su máximo
potencial.
Al incluir a sistemas biológicos, se aplica también a nuestro organismo. Nuestro cuerpo es
un oscilador biológico en sí mismo, siendo el corazón el oscilador más potente
que existe en él. Según el principio de
resonancia, cuando todo nuestro cuerpo entra
en resonancia sincrónica con el corazón, tiene lugar un estado de coherencia biológica perfecta
gracias a la cual llegaríamos a nuestro punto óptimo de funcionamiento a
todos los niveles: físico, mental y emocional. Esto implicaría que
utilizaríamos nuestra conciencia a su
máximo nivel.
Vamos, que la ciencia nos
dice que el corazón manda en nuestro cuerpo si le dejamos hacerlo. Y que cuando
lo hace, nuestro rendimiento llega a su máximo nivel en todas las áreas porque toda
la tripulación se armoniza con el capitán
del barco. Como podrás deducir de la realidad actual del ser humano, no nos
encontramos aún en ese estadio. Nos pilla lo que viene siendo un poco lejos.... todavía.
Marquier recalca la
idea de que el uso correcto del corazón (más allá de la mera idea de una
máquina de bombeo) podría llevarnos a estados de conciencia superiores (máximo
rendimiento en todos los sentidos)
Vale, bien ¿Y cómo se
sabe cuando el corazón está "expresándose" como ese tercer cerebro
que es? ¿Cómo podemos
saber que nos estamos acercando o alejando de ese nivel de conciencia
superior? Según los estudios la variación de frecuencia cardíaca es una buena toma de medida:

Por lo tanto, se
demuestra que hay un vínculo directo entre la calidad de nuestro estado emocional y cognitivo (emociones y pensamientos) y el
funcionamiento de nuestro corazón.
Es más, en estas
investigaciones se ha visto que cuando la persona trabaja sus pensamientos y
emociones, mejorándolas y aumentando su
calidad (bien con terapia, meditación o con otro tipo de ejercicios) la frecuencia
cardíaca mejoraba volviéndose más armoniosa y las ondas cerebrales se sincronizaban
con el ritmo del corazón. Y aquí
volvemos para demostrar el principio de sincronicidad por resonancia del que te
hablaba: es oscilador más potente arrastra a los demás osciladores, llevando a un estado de coherencia biológica.
Lo mejor que demuestran
estos estudios es que podemos entrenarnos para conseguir esa coherencia.
Primero poco a poco, consiguiéndola a
momentos, por minutos, por horas.... hasta poder conseguirla de forma más
permanente, que es donde está el verdadero reto. Entrenando las emociones y los
pensamientos elevados (pensamientos positivos y realistas, gratitud, amor,
cariño, amabilidad, solidaridad, paciencia...) nos acercamos a esa armonía
global de nuestra mente-cuerpo.
Podrá gustarte más o menos el tema pero no me negarás que es un área de lo más interesante.
¡Y ya ha llegado septiembre! Si aún estás de vacaciones como es mi caso, espero que exprimas al máximo los últimos días. A los que las acaban de empezar, que les cunda todo lo posible. Y si eres de los que ya se encuentra inmerso en la rutina laboral, espero que hayas vuelto con las pilas cargadas.
"Empezamos año" y esta vez se presenta cargado de incertidumbre, así que a cogerlo con fuerza.
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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
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