En un post anterior te hablé de la Pica,
trastorno situado dentro de los de los llamados trastornos de la ingestión en la conducta alimentaría en la infancia.
Hoy te voy a hablar de otro trastorno también situado en este grupo llamado:
Trastorno de Rumiación
La Rumiación
consiste en la ingesta de los alimentos que, una vez medio digeridos, el
paciente voluntariamente regurgita, es decir, los devuelve a la boca para
masticarlos y tragarlos de nuevo. El trastorno dura al menos un mes y empieza
tras haberse establecido previamente un funcionamiento normal de ingesta de
alimentos por parte del niño.
Suele presentarse en niños de temprana edad y
con más frecuencia en los que padecen retraso mental. Además es más común en niños que en niñas. Suele
aparecer antes que el Pica, entre los 3
y 12 meses de edad.
El trastorno puede tener consecuencias
importantes como por ejemplo: falta de aumento de peso esperada para la edad,
problemas en el desarrollo del crecimiento y hasta puede producir la muerte en
el niño.
Es importante que haya una exploración médica
para asegurarse que el problema no se debe a ninguna causa orgánica.
Y una vez más te
preguntarás… ¿Cuál puede ser la causa de este problema?
Una hipótesis
es que la causa se debe a factores genéticos, o de origen orgánico.
Otra hipótesis no es de origen médico sino
conductual, es decir, que el trastorno se inicia y se mantiene debido a asociaciones y pautas conductuales inadecuadas.
Es muy similar a cómo puede iniciarse la
Pica: El niño empieza por hacer una vez (o simplemente por escupir la comida
una vez) y si le gusta hay más posibilidades de que lo repita, especialmente si
en ese momento recibe atención por parte de los adultos, incluso atención
negativa (un grito, un sermón…). Recordemos que la atención social, ya sea
positiva o negativo, es un potente reforzador para el ser humano.
Al igual que
en la Pica, ciertos factores
tales como: abandono por parte de los padres,
eventos vitales estresantes, problemas psicosociales… también pueden
hacer a la persona más vulnerable a
sufrir el trastorno.
¿Cómo se trata el
problema?
También al igual que la Pica, el tratamiento
psicológico se ha basado en practicas conductuales basadas en el
condicionamiento operante:
-Práctica masiva (obligar al niño a comer
cantidades de comida mucho más elevadas de lo normal para eliminar las ganas de
rumiar).
-Castigos (poner un sabor amargo o
desagradable en la comida cada vez que practique la rumiación)
-Uso de refuerzo sociales (un beso, un “muy
bien”) o materiales (una chuchería, por ej) cada vez que no practique la
regurgitación.
Sara Llorens
Aguilar
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