En muchos casos de TOC, la persona sobreestima la importancia de sus pensamientos. Éste es uno de los principales dominios de creencias del trastorno. Esto viene a traducirse en: "Si lo pienso, es que es importante" " Si lo he pensado,debe significar algo" "Este pensamiento dice algo de mí"
Este tipo de creencia suele hacer mucho daño a la persona que padece TOC porque da credibilidad al contenido de la obsesión. Esto se hace especialmente doloroso cuando las obsesiones están relacionadas con contenidos de tipo agresivo, religioso y/o sexual.
Cada uno tendrá su propio criterio para definir un pensamiento como importante. Con mis pacientes suelo establecer el siguiente: un pensamiento es importante si tiene consecuencias en la realidad.
Por ejemplo: Suena el despertador, lo apago y me doy media vuelta.... Al minuto pienso "Tengo que levantarme ya o llegaré tarde a la reunión" y ese pensamiento me hace espabilarme y levantarme rápidamente. Como consecuencia, llego puntual a la reunión de trabajo. Ese pensamiento ha sido importante en la medida en la que me ha motivado y espabilado para asistir a ese encuentro laboral de forma puntual.
Otro ejemplo: En un hospital, una enfermra que va curar una herida abierta a un paciente con VIH. Ella tiene un pequeño corte en la mano que se está curando "Tengo que ponerme los guantes antes de empezar con las curas". Este pensamiento es importante en la medida en la que evita una posible transmisión de la enfermedad.
Ahora vamos con el siguiente ejemplo: Una chica que va por la calle, ve a un niño de 6 años y piensa "Qué mono. Uy, he pensado que un niño es guapo ¿y si me gustan los niños?" ¿Este pensamiento es importante? NO. Es un pensamiento como cualquier otro. El problema viene cuando la chica en cuestión lo valora de forma errónea y cree que por haberlo pensado significa que es así y que efectivamente,
le gustan los niños.
Bien, pues el experimento consiste en poner a prueba esta creencia anotando todos y cada uno de los pensamientos que la persona tiene a lo largo del día. Evidentemente esto es imposible pero si no todos, el máximo número posible. Ejemplos:
"Tengo ganas de ir al baño", "No he hecho el recado que me pidieron", "Tengo que comprar leche", "Me encanta la falda de esa chica", "Ese hombre es guapísimo", " Esta dependienta es tonta", "Tengo que comprarle al niño el disfraz", "He de llamar a Juan", "Creo que he engordado", "Me he puesto mal la corbata", "Esa película tiene buena pinta, he de ir a verla"... TODOS LOS PENSAMIENTOS QUE SEAS CAPAZ DE ANOTAR.
Este ejercicio ayuda al paciente
a darse cuenta de que su obsesión no es
diferente al resto de los pensamientos registrados. La mayoría de veces me dicen
"Sara, pero ese tipo de pensamientos no me hacen daño
y mi obsesión sí" Yo les
respondo lo siguiente: " Eso es cierto
pero es la pescadilla que se muerde la
cola. Tu obsesión te hace daño porque le concedes una importancia que no tiene,
cosa que no haces con el resto de pensamientos"
Si cogemos a una persona con
anorexia, probablemente el pensamiento de "He engordado" se le haga un mundo, le amargue ese día y el resto de la
semana.
Si cogemos a alguien con fobia
social, probablemente el pensamiento de "llevaba la corbata mal
anudada" le suponga un mundo al
visualizarse a sí mismo en la reunión con todos los compañeros
"centrados" en lo mal que llevaba la corbata y las posteriores supuestas críticas sobre "el desastre
de persona que es"
Un pensamiento por sí solo no es importante, la importancia se la damos
nosotros y las consecuencias que tenga
en nuestra realidad.
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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
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