Hace un par de días vi un reportaje (si no lo has visto, te recomiendo que eches un vistazo) acerca del
machismo en nuestra sociedad y como éste seguía aún presente en la misma a
pesar de que la situación ha mejorado mucho de unos años para aquí.
Hablaban de
micromachismos refiriéndose a: piropos
en la calle, diferencias de salario/puestos de trabajo, comentarios despectivos en lo referente a ciertas profesiones (supuestamente reservadas para el sexo másculino) o determinadas
situaciones ("mujer al volante"), acoso en el trabajo, determinados estereotipos publicitarios, ciertos comportamientos en la pareja (controlar las salidas, revisar del móvil, celos...) ... por poner
algunos ejemplos. Podríamos describir los micromachismos
como prácticas cotidianas que pasan desapercibidas e incluso son
socialmente aprobadas, pero que reflejan cómo el machismo sigue presente en el
día a día de nuestro país.
Según el reportaje y, desde mi
punto de vista, en España las cifras siguen siendo alarmantes. Por poner
algunos ejemplos que mencionaron:
- De las 50 universidades públicas en España, solo en una hay una rectora.
- De media, las mujeres cobran cerca de la mitad de lo que cobran los hombres por los mismos puestos de trabajo
- Cerca de un 90% de las personas que trabajan en el sector de la limpieza son mujeres.
- De cada 10 contratos precarios a tiempo parcial, 7 son de mujeres.
- Respecto a los puestos directivos: En el IBEX únicamente el 13% los ocupan mujeres y el porcentaje se reduce al 3% cuando hablamos de otras grandes compañías.
- Otro dato interesante: cerca del 95% de las personas que se ven obligadas a dejar su trabajo para ocuparse de personas dependientes, son mujeres.
Todo ello se ve reflejado al
final de nuestra vida laboral, cuando a la hora de cobrar la pensión las mujeres cobramos una media de 400 euros
menos que los hombres.
Si dejamos de hablar de micromachismos para hablar del machismo
en su estado puro: cerca de 52.000 mujeres españolas sufren malos tratos y en
lo que llevamos de año, 11 han sido asesinadas a cargo de sus parejas.
El en reportaje hablaban de la
importancia de erradicar este problema y cómo esto se conseguía con la
educación en la más tierna infancia. Al
igual que nadie nace con baja autoestima, ni siendo violento...nadie nace con
depresión, ni con fobia social.... nadie
nace siendo machista. No nacemos machistas, nos hacemos (porque admitámoslo, también hay mujeres con comportamientos muy machistas hoy en día). Por lo tanto, el
problema es de la sociedad y no del individuo. Se trata de una psicoeducación, nada más y nada menos.
Algo que a priori parece muy simple pero que se convierte en una tarea harto
complicada cuando se trata de cambiar a una población entera. ¿Empezamos por el colegio? No. Empezamos en
casa, que es donde toda educación debe de empezar y luego, continuamos en las
aulas. Y para empezar desde casa hay que
dar ejemplo. No podemos decir a los niños cómo comportarse si nos damos la
vuelta y actuamos de forma contraria. Coherencia. Seamos
coherentes con lo que decimos y hacemos, así se gana la autoridad y el respeto de los
demás, incluido el de los hijos.
¿Cómo tiene que ser esa
psicoeducación? El problema es que esos micromachismos
están tan normalizados que muchas veces
pasan desapercibidos. Y esto es un problema porque para cambiar algo, hay que
identificarlo antes. Hay que educar a los niños en una actitud de respeto hacia el otro, de un trato de igual a igual. Y esto incluye educar en todo lo referente a lo que son actitudes, asociaciones y símbolos sexistas. No por estar aprobados socialmente, tienen que ser correctos. Para conseguir nuestro objetivo, se requiere un cambo global: habría que cambiar desde actitudes del profesorado, pasando los libros de texto/libros en general, cine, publicidad, moda.... El cambio necesario es de tal nivel que probablemente sea ésta la principal razón por la que seguimos atascados en el tema.
Por último, os dejo un vídeo al que hicieron referencia en el reportaje por ser bastante conocido en las redes. Clara demostración de que no se nace con una actitud (sea positiva o negativa) sino que se nos predispone a ella a través de la educación y las experiencias.
Por último, os dejo un vídeo al que hicieron referencia en el reportaje por ser bastante conocido en las redes. Clara demostración de que no se nace con una actitud (sea positiva o negativa) sino que se nos predispone a ella a través de la educación y las experiencias.
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Sara LLorens Aguilarsllorens@cop.es
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