Hace
unos meses escribí sobre la historia de Anna y Ben, un caso de una pareja entre
una mujer neurotípica (fuera del espectro autista) y un hombre con Síndrome de Asperger. Por
si no estás al tanto, el síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo incluido en el espectro autista, cuyas principales características son: problemas a
la hora de identificar y expresar las propias emociones, así como identificar
las ajenas y actuar en consecuencia; debido
al punto anterior, tienen grandes dificultades en la relaciones interpersonales;
uso de un lenguaje muy formal y no adaptado a las diferentes situaciones de la
vida cotidiana; una marcada rigidez de pensamiento; grandes dificultades para
adaptarse al cambio y suelen focalizarse en ciertos temas hasta el punto de convertirse en una obsesión. Estas
personas pueden poseer altas capacidades pero no siempre es
así. El síndrome de Asperger tiene base neurológica y por lo tanto no desaparece como pueda hacerlo una depresión, un TOC o una anorexia nerviosa. Es una condición vital, una forma diferente de percibir el mundo, no una
enfermedad.
Desde
siempre se ha creído erróneamente que las personas con Asperger no están
interesadas en mantener relaciones de amistad y/o románticas pero con los años
se ha comprobado que esto no es cierto. Sí quieren socializar y mantener
relaciones de pareja pero no saben cómo. De hecho, no solo se juntan con
otras personas con Asperger sino que pueden establecer relaciones con
personas neurotípicas como fue el caso de Anna y Ben. Ahora bien, para
conseguir relaciones sanas de cualquier origen, la persona con Asperger ha de
asumir su condición y ser consecuente con la misma para poder trabajar los
aspectos necesarios. La persona que se relacione con alguien con síndrome de Asperger
también tendrá que llevar a cabo una psicoeducación sobre el tema para
saber cómo tratar las diferentes situaciones que se vayan dando. Porque
no, el propio paciente no puede ignorar su diagnóstico y la pareja, amigo
o familiar tampoco puede hacerlo. Si lo hacen, solo habrá que problemas por
todas partes. Y uno de ellos es el Trastorno de Deprivación Afectiva de
Casandra (TDAC). Este trastorno fue definido por Maxine Aston, especialista
en terapia de pareja en la que uno de los miembros padece Asperger. El TDAC
suele darse en la mayoría de relaciones
donde hay una persona con Asperger o cualquier otro trastorno que curse con
alexitimia (por si desconoces este
término, se refiere a la dificultad o incapacidad para expresar verbalmente las propias
emociones) especialmente si la persona
no se hace cargo de su condición o no se le ha diagnosticado. El TDAC lo padece
la persona neurotípica, que suele ser la pareja pero también puede darse en padres, amigos o
hermanos de alguien con síndrome de Asperger.
¿Y en qué consiste en TDAC?
Cursa con ansiedad, depresión y baja
autoestima principalmente pero también pueden presentar otros signos clínicos
como: somnolencia, disminución de la líbido, alteraciones del estado de ánimo y
disminución del sistema inmunitario.
Si
las parejas entre dos personas neurotípicas ya son de por sí complicadas sabiendo expresar
los propios sentimientos y con la capacidad natural de identificar y reaccionar
ante los del otro, imagina una pareja en el que uno de los dos no tiene esa
capacidad de forma natural... Pero además súmale que no se haga cargo de su
problema o simplemente que no se lo hayan identificado nunca... esto hace que
la situación se haga extremadamente complicada. La pareja, una mamá, un papá o cualquiera
que esté interesado en crear un vínculo afectivo con una persona con Asperger va a sufrir
mucho si no hay un diagnóstico claro y asumido por el propio paciente. Solo así podremos enseñar al otro miembro de la pareja, o persona interesada, a interpretar y reaccionar en las diferentes
situaciones que se puedan dar. Qué le puede pedir a alguien con el síndrome de Asperger y qué no. Qué puede
esperar y qué no debe esperar. Cómo tratarle en según qué casos. Y muy especialmente recalcar que si la persona
con Asperger hace o dice algo hiriente, con gran probabilidad no sea con intención.
Si ambos miembros de la pareja asumen la existencia del síndrome, entonces el
TDAC puede trabajarse y desaparecer. O simplemente no llegar a existir.
Si quieres aprender más de forma amena sobre los Trastornos del Espectro Autista (TEA) puedes echar un vistazo a la serie ATYPICAL. Didáctica y entrañable a la par.
Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
www.profesionaldelapsicologia.es
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