MI FOBIA PARTICULAR: FOBIA A LA SANGRE

Esta vez voy a hablar de mi fobia particular  ¡que soy psicóloga pero también humana!.  La tengo desde los 4 años, cuando fui al baño en de clase , me vi un granito, empecé a tocarlo frente al espejo y apareció sangre y… caí en redondo ¡ése fue el primero de  todo un historial hasta el día de hoy!!

Voy a dedicarle un post a esta fobia porque resulta bastante particular, ya que se diferencia de las demás en varios puntos importantes, lo que lleva a que el tratamiento sea  diferente.

En primer lugar, como curiosidad, la hematofobia o fobia a la sangre/agujas/heridas tiene un elevado componente genético, a diferencia del resto de fobias. Yo, que soy el vivo ejemplo, puedo confírmalo: mi abuela paterna, mi padre y yo somos fóbicos. Al completo.

En el resto de las fobias,  al enfrentarse a la situación temida o al  pensar que ésta puede presentarse (en este segundo caso hablaríamos de ansiedad anticipatoria) el paciente se pone muy ansioso, de forma que todo su Sistema Nervioso Autónomo Simpático (SNAS) adquiere cierta hiperactividad dando lugar a: sudores, temblores, hormigueo, aumento de la tasa cardíaca, hiperventilación, tensión muscular… A esto hay que sumarle todos los pensamientos negativos catastróficos que está teniendo el paciente en ese momento y que dam lugar a más ansiedad si cabe. La persona  acaba evitando la situación o huyendo de la misma creyendo que sus miedos se van a ver cumplidos.

En la fobia a la sangre la respuesta es  diferente porque es bifásica:             

Primera fase: Ocurre todo lo descrito anteriormente: hiperactividad del SNSA y pensamientos negativos junto a falsas expectativas. Resultado: un elevado nivel de ansiedad.
Apuntar que el mayor miedo de los hematofóbicos suele ser desmayarse. 

Segunda fase: Ocurre todo lo contrario, es decir,  se empieza a sentir una gran debilidad muscular, caída de la presión arterial y de la  tasa cardíaca, se empieza a nublar la vista,la persona comienza a sentirse mareada hasta que uno se desmaya. El desmayo se produce por la caída de la presión arterial: la sangre no llega como debería a todas la partes del cuerpo y el cerebro responde “apagándose” temporalmente. NO siempre se tiene por qué llegar al desmayo, en mi caso sí. Siempre.

 El objetivo del tratamiento es evitar la segunda fase y esto se hará a través de una técnica llamada  exposición con terapia de tensión aplicada. Vamos a exponer al paciente al estímulo fóbico creando simultáneamente un estado de tensión muscular con el fin de evitar el desmayo. Este estado aumentará las pulsaciones (presión arterial) con todo lo que ello conlleva.

En el tratamiento, lo primero de todo sería explicar al paciente conceptos como: fobia, ansiedad, ansiedad anticipatoria, curva de la ansiedad, pensamientos automáticos negativos, cómo los pensamientos influyen en nuestras emociones (pensamientos ansiógenos), conductas de escape/huída/evitación y su funcionamiento, exposición … Así como explicarle las características propias  de la hematofobia. A esto se le llama psicoeducación, como ya he mencionado previamente en otros posts.

Luego ya nos centraríamos en lo siguiente:
  •  Realizar una  jerarquía de estímulos temidos.
  • Enseñar al paciente a tensar los diferentes grupos musculares calculando cuánto aumenta su número de pulsaciones en cada práctica  ( normalmente, a esto le dedicamos una sesión). Es importante que entre sesiones el paciente lo practique en su casa.
  •  Enseñarle a detectar los primeros síntomas de la segunda fase, es decir, los síntomas  previos al desmayo.
  •  Empezar la exposición de forma gradual: cuando el paciente note los primeros síntomas previos al desmayo tiene que empezar a tensar los músculos, esto dará lugar a un aumento de las pulsaciones.
La eficacia de la tensión aplicada reside en hacerla justo antes de sentir que uno se desmaya, de ahí a la importancia de saber identificar eficazmente los síntomas previos al desmayo.

Se puede empezar primero con exposición en imaginación, antes de pasar a la exposición in vivo. Esto dependerá del paciente que atendamos y de lo preparado y motivado que esté.

Como anotación, decirte que  para la ansiedad anticipatoria y para la ansiedad una vez metidos en situación, a modo de terapia cognitiva, las autoinstrucciones pueden resultar de utilidad. Por ejemplo “no voy a desmayarme porque ya puedo controlarlo”. Para ello previamente hemos debido de explicarle en la etapa de psicoeducación el ABC de Ellis y como los pensamientos influyen en nuestras emociones y acciones haciéndole ver que si cambia su forma de pensar, su ansiedad disminuirá. 

Por último, decir que el día en el que logre hacerme el ánimo de ir a terapia será un día importante. Mientras tanto… que mi cobardía no sirva para dar ejemplo…

Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
www.profesionaldelapsicologia.es

Comments

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  2. Hola S,

    En primer lugar muchas gracias por tus comentarios sobre el blog ¡Siempre son bienvenidos!
    En segundo lugar: la fobia a la sangre, como la mayoría de las fobias, es relativamente fácil de tratar. Como bien expongo en el post, la base de la terapia cognitivo conductual para estos casos es exposición con la técnica que mencionas ( técnica muy fácil de explicar y de aplicar), aunque el principal papel lo tiene la exposición.
    En mi opinión y por comentarios que he oído de otros pacientes, escogería un psicólogo vía privada ya que las sesiones van a ser mucho más continuas y por lo tanto tu recuperación mucho más rápida. Si te lo puedes permitir, ves por la vía privada, sin duda alguna.

    Yo misma he seguido una terapia a la esta fobia y hace dos semanas me hice mi primer análisis de sangre en... 13 años. Llevando con este problema unos 24. Desde que empecé la terapia hasta que me hice el análisis no pasaron ni dos meses.
    Este comentario personal te lo hago para que te animes a ponerte manos a la obra, especialmente si vas a dedicarte al mundo de la medicina.

    Un abrazo,

    Sara

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  3. Hola de nuevo Sara, soy Fina Martinez, perdona mi insistencia ¿leiste mi comentario?, he decidido poner remedio a mi problema, pero me gustaría que el profesional que me tratara tuviera experiencia con la hematofobia por eso te pedí recomendación.

    gracias.

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  4. Hola Fina,

    Escríbeme a mi dirección de correo elecrónico y te responderé a tu duda.

    Un saludo,

    Sara

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  5. uy! en este momento estoy temblando y muy debilitado al pensar en esa foto con la aguja!

    gracias por el post

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    1. Hola Mauricio,
      Me alegro de que te haya gustado ¡Saludos!

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