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Te
he hablado en varias ocasiones de autoestima: de por qué hay gente con
baja autoestima, de qué la mantiene y cómo podemos trabajar para
mejorarla... Sin embargo hoy me gustaría
hablarte de las diferencias entre los términos: autoconcepto, autoeficacia y
autoestima. En ocasiones los
confundimos creyendo que hacen referencia a lo mismo cuando no es así.
AUTOCONCEPTO: Cuando hablamos de autoconcepto nos referimos a las características que nos definen, no hay necesariamente una evaluación sino más bien
una descripción.
Por ejemplo: soy alemán, soy psicóloga, vivo en Valencia,
tengo 55 años...
Como ves, no hay
evaluación, simplemente características que definen a la persona.
AUTOEFICACIA:
Cuando
usamos este término nos estamos refiriendo a las áreas en las que pensamos que
somos competentes ( o no) o que se nos dan bien (o mal), es decir, hace referencia a nuestras
capacidades.
Por ejemplo: soy bueno en
fotografía, me encantan las matemáticas, se me da bien el ballet... (nos indica elevada autoeficacia en estas materias)
Soy un desastre en biología, se me da mal patinaje, parezco un pato mareado bailando... (nos indica baja autoeficacia en estas áreas)
Por lo tanto no hay una
evaluación del individuo en sí mismo, sino más bien de sus competencias.
AUTOESTIMA:
Aquí ya hay una autoevaluación de la propia persona y nos indica en qué medida nos aceptamos y apreciamos. Como toda
evaluación puede ser positiva o negativa, uno puede suspender, aprobar justito,
sacar un notable, un sobresaliente ¡Y
hasta una Matrícula de Honor!... Ojo, no nos confundamos, ninguno de los extremos
es bueno (ni por lo alto ni por lo bajo), eso ya lo sabemos la mayoría...
Ejemplos de buena y mal autoestima: Me gusta mi forma de ser, no valgo nada,
creo que soy buena persona, pienso que soy buen padre...
Una persona puede ser
muy competente en varias áreas (autoeficacia elevada) y sin embargo tener una autoestima baja que no le permita darse cuenta de sus capacidades. Al mismo tiempo, los hay que
no siendo válidos para algo determinado (baja autoeficacia en x área), creen
serlo porque su autoestima es excesiva y no reconocen sus limitaciones.
Un
equilibrio sano entre autoeficacia y autoestima,
permite a la persona apreciarse y quererse a sí misma (buena autoestima) reconociendo
tanto sus cualidades como sus defectos, siendo consciente así de su
autoeficacia, es decir, áreas en las que es más competente y áreas en las que
lo es menos. Las personas con buena autoestima reconocen sus limitaciones, decidiendo
por sí mismos (no en base a opiniones ajenas), si quieren o no mejorarlas. Con
esto último quiero recalcarte la
importancia de distinguir entre autoaceptación y resignación.
Autoaceptarse no significa resignarse, simplemente quererse y apreciarse
como uno es, con limitaciones incluídas, pero al mismo tiempo, con
deseos de mejorar y evolucionar en la dirección que uno elija, cuando
uno quiera y por decisión propia.
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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
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