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En este post te voy a
hablar de algunas creencias irracionales
que solemos encontramos cuando hablamos de las emociones. La sociedad en la
vivimos promueve las emociones positivas
y castiga las negativas, por lo que es comprensible que hoy en día muchos
sigamos alimentando estos mitos. Esta forma de ver el mundo
emocional hace que en muchas ocasiones las personas nos sintamos mal cuando nos
surgen emociones negativas o cuando no
dominamos las emociones como se supone que deberíamos hacer ¿Qué ideas erróneas
son esas? Vamos con algunas.
Existen
sentimientos adecuados e inadecuados en cada situación.
Esto no es cierto. No existen las emociones correctas o incorrectas, simplemente
existe el cómo nos sentimos. El objetivo es aceptar nuestras emociones, sean las que sean,
sin juzgarlas. Si las rechazamos por creer que "no es lo que debería de
sentir", entonces las viviremos de forma más intensa porque nos castigaremos por lo que sentimos.
Esto es un error y además nos hace más daño. Las emociones son las que son y ya. Todos tenemos derecho a sentirnos de una manera u otra en las diferentes
situaciones OTRA COSA ES QUE ACTUEMOS EN BASE A ESAS EMOCIONES. Es decir, yo
tengo derecho a sentir rabia, enfado, vergüenza, envidia, miedo... pero otra
cosa es que dirija mis acciones en base a esas emociones. Aquí es importante
racionalizar y analizar qué consecuencias puede acarrear actuar guiándome por
las emociones del momento.
No
tengo que sentir emociones negativas porque son dañinas.
Otro mito. Esto ya lo hemos comentado en algún otro post: las emociones que
consideramos "negativas" también tiene su función y sin ellas tendríamos problemas.
Por ejemplo: en enfado, bien llevado, nos puede ayudar a resolver conflictos
interpersonales mejorando así la calidad
de nuestras relaciones, también puede ayudarnos a conseguir objetivos, a demostrar
a los demás que no nos van a tomar el
pelo (especialmente útil en personas de carácter sumiso que trabajan su asertividad)...; cuando
el miedo/ansiedad está justificado por la existencia de una amenaza real, nos
puede salvar la vida; la tristeza nos ayuda parar y a recapacitar sobre lo que no va bien en
nuestras vidas...
Algunas
emociones surgen de la nada. Esto tampoco es
cierto. Toda emoción surge de la interpretación de una situación, es decir, de
un pensamiento. Este pensamiento puede ser más o menos automático y por eso a
veces nos puede costar identificarlo pero siempre hay uno o varios que justifican la
aparición de una emoción.
He
de esconder e ignorar las emociones que no me gustan. Esto es un gran error porque puede resultar
muy problemático para la persona que lo lleva a cabo. A veces las personas
escondemos las emociones que consideramos negativas por miedo a ser juzgados, otras lo hacemos porque
pensamos que así nos protegemos; otras las ignoramos únicamente porque creemos
que "ya se irán". Esto último puede funcionar con emociones negativas
muy leves pero no con emociones más intensas. Si trabajo de donde vienen y por
qué, con el tiempo aprenderé a gestionarme mejor emocionalmente y esto me ayudará mucho a lidiar con el día a día.
Si
siento con mucha intensidad, significa que he perdido el control.
No es cierto. Esto es similar al primer
punto: está bien sentir con intensidad, cuanto más intente bloquear la emoción,
mayor será el efecto rebote. Estás en
tu derecho a sentir intensamente pero abaliza si es adecuado actuar en base a esa emoción y a la intensidad del momento.
No puedo tener emociones contradictorias ante una misma situación ¡claro que sí se puede! Juan se alegra de que a su amigo y colega le hayan ascendido pero al mismo tiempo siente celos porque él se ha quedado en el mismo puesto. Se puede y de hecho es algo que ocurre con frecuencia. Y no pasa nada porque sea así, somo seres muy complejos y nuestro mundo emocional forma parte de esa complejidad. Si yo no acepto que pueda tener ambas emociones contradictorias, tendré un conflicto porque que yo no lo quiera ver no va a hacer que deje de sentirme como me siento. Si identifico y comprendo que puedo y tengo derecho a sentir ambas emociones sin que eso me convierta en un mal amigo (como el caso de Juan), entonces tendré muchas más oportunidades de sentirme mejor y de conocerme mejor.
Con posibilidad de terapia on-line |
Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
www.profesionaldelapsicologia.es
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