Hace poco tiempo te hablaba de la terapia cognitiva para el Trastorno Obsesivo Compulsivo y diferentes técnicas que se emplean para ello. Bien, pues hoy vamos con una de ellas.
¿Te acuerdas de los
principales dominios de creencias en el TOC? ¿Te acuerdas de aquellas personas cuya
creencia era que cualquier pensamiento es importante? “Si lo pienso… es que
debe ser importante”
Bien pues esta técnica sería apta
para utilizarla con este tipo de pacientes. Concretamente esta técnica es recomendable utilizarla en personas cuyas
principales obsesiones se centrar en hacer daño a alguien, sexuales o
religiosas.
Ejemplo:
Juan es un tipo normal de 34
años, con su trabajo y su familia. Jamás ha tenido ningún problema psicológico.
Sus amigos y familia lo caracterizan de buena persona, servicial, amable, un
tipo majo. Juan tiene unos principios y unos valores muy sólidos. Se
describe como un hombre inteligente,
familiar y divertido, aunque con cierta tendencia “neurótica” como dice él: “Tiendo
a obsesionarme con las cosas”. Le encanta el deporte y la música rock.
Tras ver un documental sobre la pederastia que
daban en la tele, en un momento dado a
Juan se le pasó por la cabeza una imagen sexual de un niño, algo que le
horrorizó. No sabe por qué, simplemente pasó.
Cualquier persona normal (descartando
pederastas, obviamente) lo habría olvidado a los dos segundos, puesto que eso
no tiene nada que ver con la persona en sí y el mero hecho de pensarlo le
asquea profundamente.
Bien, pues no fue el caso de Juan
quien se obsesionó con la idea.
Entre otras características de personalidad, Juan tendía a ser algo obsesivo y pertenecía al grupo de “Si lo pienso… es que es importante”. En este caso, la línea que más o menos siguió nuestro paciente fue la siguiente:
Entre otras características de personalidad, Juan tendía a ser algo obsesivo y pertenecía al grupo de “Si lo pienso… es que es importante”. En este caso, la línea que más o menos siguió nuestro paciente fue la siguiente:
“Este pensamiento ha sido
horrible”…. “ Si lo pienso, puede ser
que lo quiera hacer”….” ¡Jamás haría algo así! Pero si lo pienso… ¿entonces por
qué lo he pensado?”… “Solo las malas personas piensan algo así”…”Soy un
monstruo”…”Tengo que evitar mirar o acercarme a ningún niño”… “¡dios mío! ¡qué infierno! Si alguien se
entera de cómo soy en realidad…me despreciarán”… “SOY UNA MALA PERSONA”
Sobra decir que Juan se obsesionó con la idea precisamente porque
va en contra de todos sus principios, moral, valores y deseos. Esto ocurre con
todos los TOC de este tipo ( sexual, dañar a otra gente, religioso)
A mitad terapia, una de las técnicas cognitivas que se empleo
con Juan fue la Técnica del continuo:
- Hacemos una línea recta horizontal. En un extremo ponemos un 0 y en el otro un 100
- En el 0 ponemos “buena persona” y en el 100 “mala persona”
- Le decimos a Juan que se sitúe entre los dos extremos “marca con una cruz dónde te encuentras tú debido a la obsesión que tienes”
- Juan pone un 80
- A continuación vamos a ir citando otros tipos de persona para que Juan los vaya situando: ladrones, secuestradores, violadores, estafadores, asesinos, maltratadores...
- Cada vez que Juan coloque a uno en la línea, le pediremos que reevalúe su posición, si lo cree necesario.
De esta forma el paciente, poco a
poco y junto a otras técnicas, irá moderando su perspectiva de la situación y
la forma en la que se ve a sí mismo. No es el culpable, es la víctima.
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