QUÉ PASA POR MI CABEZA PARA QUE ME SIENTA TAN FURIOS@


Esta vez voy a hablarte  de los sesgos cognitivos que suelen aparecer en las personas con dificultades a la hora de controlar su ira. Y  te starás diciendo... "eso está muy bien pero ¿qué es un sesgo cogniivo?" Bien, pues los sesgos cognitivos son errores que cometemos a la hora de procesar la información  que recibimos del ambiente. Hay varios tipos y suelen aparecer en  cualquier trastorno psicológico, siendo algunos más característicos que otros según el problema psicológico con el que  nos topemos.

Es importante localizar los del  paciente que tenemos en frente para luego poder trabajar con ellos.Estos sesgos  o errores de procesamiento son los que luego van a dar luagar a los Pensamientos Automáticos Negativo (PAN)

En la ira, los sesgos cognitivos más frecuentes son:

1. Atribuciones erróneas: Es decir, yo te leo la mente y sé con certeza lo  que has dicho/ hecho/pensado. Y… no hay otra explicación posible.
Por ejemplo: “Sé que está tardando adrede para fastidiarme ¡Imbécil! ¡Qué es un imbécil! ¡¡Lo hace porque disfruta haciéndome la vida imposible!!”
Aquí es necesario  que trabajemos para que la persona se de cuenta cuáles son sus  atribuciones erróneas, para luego así poder trabajarlas.

2. Sobregeneralización: Este es otro sesgo cognitivo que parece ser  bastante común en el problema de la ira. Esto está relacionado con temas como “Siempre la misma historia ¡menuda porquería!”, “Todo es una mierda”, “Todo el mundo está en mi contra” o las etiquetas negativas “Éste es un idiota”.
Hay que enseñar al paciente a utilizar un lenguaje concreto, sin generalizaciones.


3. Exigencias: En plan “debería”,”tendría que”, “necesito que”. El paciente no ve el mundo según sus preferencias, deseos, lo que sería más deseable para él, sino que lo ve según lo que cree que debería ser, lo que necesita, lo que impera según sus criterios.
Aquí hay que trabajar para que el paciente vea el mundo en forma de preferencias, deseos,  lo más conveniente…
Aquí incluiríamos temas como el perfeccionismo, la baja tolerancia a la frustración, la creencia de que si alguien hace algo mal debe ser duramente castigado, la necesidad de que los demás aprueben el comportamiento de uno.

Está bien poner al paciente en el lugar  que el pone al resto de la gente. Como psicólogo, se le puede plantear por qué él no satisface siempre los deseos y exigencias de los demás. ¿Te imaginas la respuesta del paciente a la pregunta? Pues con esa misma respuesta se puede ayudar al paciente a ver lo irracional de sus exigencias y su forma de imponerlas a los demás.

4. Catastrofización: “No es malo, es peor”, “No es un desastre, es un caos ¡no podría ser peor!”. Es decir, la situación no es mala sino que es espantosa, insoportable, terrible. La persona ve la situación como algo mucho peor de lo que es y actúa en consecuencia.

Se le puede pedir a la persona que describa una catástrofe real (un asesinato familiar, la muerte de un ser querido, un desastre natural, una guerra…) y luego que  lo compare con su situación la cual también califica de catástrofe (Por ejemplo: mi compañera de trabajo ha faltado a la reunión y  me jefe me ha culpado a mí por el retraso de ella).

A ver si la comparación le resulta equitativa…

5. Pensamiento absurdo y provocador: Utilizar lenguaje obsceno y palabrotas para etiquetar las situaciones y/o las personas implicadas en ellas.
Hemos de enseñar a la persona a utilizar etiquetas o descripciones más adecuadas a la vez que realistas ya que el tipo de lenguaje “bestia” que uno utiliza cuando está en cólera no hace sino que aumentar esa ira.

6. Pensamiento polarizado: O blanco o negro, a todo o nada, 0 ó 10.Eso es el pensamiento polarizado: no hay término medio.
Hay que enseñar al paciente a ver la enorme escala de grises que existe en esta vida y para ello le enseñaremos un lenguaje   determinado, al mismo tiempo que trabajamos para  cambiar la forma de pensar del paciente haciéndole ver que el que alguien no haga algo de forma perfecta o como se supone que debe hacerlo  no convierte a esa persona en alguien débil, malvado o simplemente en un idiota.


7. Sobreestimación e infraestimación:

Nunca  te ha pasado que, no sé… por ejemplo te acabas de ir de viaje a un sitio, te lo has pasado muy bien, toda una experiencia… vuelves a casa y parece que la gente te mencione ese lugar  de casualidad, que salga más en las noticias, que coincidas con una peli que se rueda allí… ¿no te ha pasado algo similar? ¡Como si tuvieras un radar que detecta cualquier noticia o tema relacionado con ese  tema que tienes en tu cabeza! Pues aquí pasa lo mismo.

Como en muchos otros problemas psicológicos, parece ser que las personas que sufren de control de la ira tienen un cierto sesgo  a la hora de percibir ciertos acontecimientos amenazantes. Tiene como un radar, lo que hace que sea más fácil que se topen con dichas situaciones y por lo tanto… que reaccionen en consecuencia.

Necesitamos enseñar al paciente a evaluar de una forma más equilibrada la probabilidad de los sucesos tanto negativos como positivos. Podemos preguntarle al paciente que qué pruebas tiene de que es probable que  “la situación X” tenga lugar: ¿Cómo lo sabes? ¿Qué pruebas tienes? ¿Cuántas veces ha ocurrido
antes?...

Muchas veces nos encontramos con más de un sesgo cognitivo en la misma persona, de hecho es lo que suele pasar. Una vez hemos identificado los de nuestro paciente y él también se ha dado cuenta de cuáles son sus sesgos, podremos empezar a trabajar con ellos.
La identificación de estos sesgos se hará tras el aprendizaje de la relajación, para luego combinar el trabajo en ambos campos (relajación y cognición) en las sesiones terapéuticas.


Si quieres más información sobre la ira o sobre términos como los PAN, ves a las etiquetas que tienes justo  aquí abajo, al terminar el post.
 
Sara Llorens Aguilar
sllorens@cop.es

Con posibilidad de terapia vía Skype

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