Buscando el parecido: TOC y Trastornos de Alimentación

El artículo Cognitive Therapy, ego-distonicity and Eating Disorders  de Purcell y O´Connor, trata un tema que a mi particularmente me resulta interesante. En él hablan de las similitudes entre el TOC y los trastornos de la alimentación (aunque hay más, aquí hablaremos únicamente de la Bulimia Nerviosa y Anorexia Nerviosa) y cómo estas similitudes explican los resultados óptimos de la TBI en la bulimia. Te hablo de Bulimia Nerviosa (BN) y no de Anorexia Nerviosa (AN) porque en éste último caso los resultados no fueron los esperados debido a ciertos factores presentes en las pacientes con anorexia que no observamos, o al menos no con tanta intensidad, en las pacientes con BN.

Aquí te voy a resumir las principales ideas del artículo, si te interesa el tema y  te manejas bien con el inglés, te recomiendo que lo busques.
Como ya hemos comentado en algún otro post, los Trastornos de la Alimentación (TA) entran dentro del grupo llamado Trastornos del Espectro Obsesivo Compulsivo.
Es  interesante saber que las obsesiones más frecuentes en los TA, al margen de las relacionadas con la comida y la silueta,  son de simetría, orden y exactitud. Todas ellas obsesiones  que encontramos con frecuencia en los pacientes con TOC.

Por otra parte, los TA se componen claramente, al igual que el TOC, de obsesiones (sobre la delgadez, silueta y rumiaciones sobre la comida) y compulsiones (recuento de calorías, cortar la comida en pedazos muy pequeños, pesarse, vestirse con determinada ropa, comer siempre el mismo tipo de alimentos, empezar a comer siempre por el mismo alimento…). El exceso de ejercicio o los actos purgativos serían ejemplos de compulsiones  de tipo compensatorio,  ya que  su función sería compensar los pensamientos ansiógenos relacionados con la comida.

De hecho, el cuestionario Yale Brown  conocido por su uso a la hora de  evaluar los síntomas del TOC, se  ha adaptado para los  TA dando lugar al Yale Brown Cornell Eating Disorder Scale

Por otra parte, está el famoso sesgo cognitivo de pensamiento-acción tan característico del TOC. Este sesgo lo podemos encontrar también en los TA, se denomina sesgo pensamiento-silueta (ya te he hablado de él en alguna ocasión) y  viene a decir que la persona  cree que pensar en la comida es equivalente a comerla  y que el mero hecho de pensar en ella puede hacerle ganar peso. Este es otro paralelismo más que no hace sino confirmar la semejanza entre ambos tipos de trastornos.

Por si esto fuera poco, diversos estudios han comprobado que la sobreestimación de peligro, la baja tolerancia a la incertidumbre así como el perfeccionismo  son característicos de los TA, al igual que lo son en gran parte de los pacientes con TOC.

Por otra parte, desde el modelo conductual, ambos se tratan con Exposición y Prevención de Respuesta (EPR). Si te das cuenta, la terapia basada en este modelo para los TA se centra en crear una jerarquía de alimentos prohibidos  y empezar por el consumo de los menos ansiógenos. Por otra parte,se trabaja al mismo tiempo la evitación de compulsiones tales como pesarse, vomitar…Es una EPR en toda regla pero aplicada al ámbito alimentario.
El problema es que alrededor de un 40% de pacientes con TOC  y un 50% de pacientes con TA abandonan o rechazan la EPR.  Esto nos lleva a pensar que quizás sería de utilidad  modificar este enfoque añadiendo  un trabajo a nivel cognitivo del que la EPR  carece.

Si conoces bien el tema te puedes estar planteando que una de las principales diferencias es la egodistonía que suele caracterizar al TOC y que dista bastante de la egosintonía que solemos encontrar en los TA. Si bien lo anterior es cierto, también lo es que estudios recientes han demostrado que esto no es así al 100% sino que en los TA también nos encontramos con creencias egodistónicas. Es importante promover futuras investigaciones en el campo de la egosintonía y egodistonía, ya que es una factor importante a la hora llevar a cabo el tratamiento del trastorno.

Tanto en  TOC como en TA, se ha comprobado que  los pacientes invierten en exceso  en un self (identidad) negativo e imaginado y consecuentemente realizan las compulsiones para no convertirse en ese self al que temen y del que huyen. La clave está  en que realizan compulsiones para huir de una identidad que no existe. Las obsesiones son incongruentes con el verdadero self, ya que éstas se basan en una identidad imaginada. Según la TBI, esto tiene importantes implicaciones a nivel clínico, ya que una terapia más centrada en la percepción de la propia identidad y las asociaciones y creencias que tiene el paciente al respecto, podría dar lugar a resultados beneficiosos para el mismo.
Estos resultados ya se obtuvieron para el TOC  en repetidas ocasiones  e incluso con mejorías significativamente mayores que con la TCC en pacientes con TOC  cuyos niveles de convicción en la duda obsesiva eran elevados.

Vistas todas las similitudes anteriormente presentadas entre el TOC  y  los TA, no es de sorprender que se plantee la posibilidad de la aplicación de la TBI en los últimos y ya se haya encontrado los primeros resultados beneficiosos.


Con posibilidad de terapia on-line
                                                                     
                                                                      
Instagram: sarallorenspsicologa

Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es


Comments