En un post anterior hablamos del control de la ira, o más bien de la falta de control y de cómo esto podía tratarse en la consulta.
Concretamente, para hacer memoria, te hablé de las características de personalidad de una persona con falta de control de la ira, así como de la explicación que se le da en consulta acerca del por qué de su problema. También te hable del papel de la relajación y los registros en la terapia, especialmente en las primeras fases de ésta.
Bien, a punto de comenzar el Año Nuevo, me paro para retomar este tema y seguir con las siguientes fases de la terapia.
Decirte que si queires echar un vistazo al anterior post sobre la ira, solo tienes que darle a la etiqueta de CONTROL DE EMOCIONES, que está bajo, nada más terminar el post.
Una vez dicho esto... ¡empecemos!
Le diremos al paciente que haga una escala de las situaciones que normalmente le provoque ira y que evalúe cada situación de 1 a 100. Al principio haremos que el paciente se imagine una situación que le provoque cierta ira. Como puedes observar, esto es muy similar a la técnica de exposición (Para ver más sobre la técnica de exposición: http://aprendiendopsicologia-sara.blogspot.com/2011/09/como-puedo-deshacerme-de-mi-fobia.html)
Esta exposición en imaginación sirve para que el paciente practique la relajación y se de cuenta de cómo, cuando y con qué se activa su ira. El que la persona se de cuenta de cómo funciona, nos ayudará a dar peso a la explicación de cómo funciona su problema, que previamente le habremos explicado, lo que aumenta la confianza en nosotros por parte del paciente.
Un ejercicio que puede ser de utilidad es exponer en imaginación al paciente a dos situaciones muy similares en las que en una experimenta cólera y en la otra no. A continuación le preguntaríamos al paciente qué cree que ha hecho que en dos situaciones prácticamente iguales reaccione de forma tan diferente. Muy probablemente el paciente nos diga que no ha pensado la mismo en las dos situaciones, lo que nos volverá a llevar a la explicación dada en las primeras sesiones y nos ayudará posteriormente a centrar la parte cognitiva del tratamiento.
Otra pregunta de utilidad y muy similar para alcanzar el mismo objetivo, es preguntarle al paciente algo así como: “¿Por qué crees que otras personas reaccionan de forma tan distinta en la misma situación dónde tu te pones furioso?”
Otro ejercicio sería exponer a la persona a una situación objetivamente negativa, pongamos por ejemplo la bajada de salario en el puesto de trabajo de uno, e imaginar dicha situación a través de “tres personajes”: el pasota, el furioso y el deprimido. Cabría preguntarle al paciente por qué los tres ante una misma situación, reaccionan de forma diferente
Todos estos ejercicios sirven para ir adentrando al paciente en lo que va a ser la parte de reestructuración cognitiva de la terapia. En otras palabras, hacerle ver que la teoría es cierta y que, efectivamente, los pensamientos que se le pasan por la cabeza en las situaciones influyen de forma muy importante en sus posteriores reacciones. ¡Vamos, lo de siempre, que el problema está en como interpreta las situaciones!
Cierto es que a veces las situaciones son objetivamente problemáticas. La interpretación del paciente no está equivocada sino que la situación es realmente negativa. ¿Qué hacemos en este caso? Aquí explicaremos al paciente la técnica de Solución de Problemas y la llevaremos a cabo para poder hacer que el paciente solvente la situación de la forma más adecuada posible.
En cualquier caso, siendo o no negativa una situación, la violencia y la agresión desatadas por el bajo control sobre nuestra ira no van a ser un solución eficaz.
Normalmente, lo que cabe esperar si un paciente te viene a consulta diciendo que tiene problemas para controlar su cólera, es que la mayoría de las situaciones a las que se enfrenta reaccionando así no sean objetivamente desastrosas, horribles o negativas, sino que el paciente las convierte en tales a través de su forma de interpretarlas.
Parece ser que hay diferentes procesos cognitivos distorsionados (SESGOS COGNITIVOS), es decir, formas de interpretar las situaciones, en este caso de forma sesgada e irracional, que se dan en la mayoría de problemas psicológicos que son bastante típicos en los pacientes con este problema.
El Diálogo Socrático , Experimentos Conductuales y Modelado Cognitivo será una herramienta que utilizaremos para combatir todos estos sesgos.
En los próximos posts hablaremos de los diferentes sesgos en la falta de control de la ira y de cómo funcionan estas técnicas cognitivas recién mencionadas, que se encargarán de identificar y trabajar con dichos sesgos.
Un abrazo y FELIZ AÑO NUEVO A TOD@S
Sara Llorens
Aguilar
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