¿Sabes de qué Trastorno de la Personalidad se trata?

Juan tiene 25 años y una vida social prácticamente nula. La verdad es que  las amistades de Juan (por denominarlas de algún modo ya que Juan nunca ha tenido amigos de verdad)  dicen que  es insoportable, que su actitud de superioridad es inaguantable.

“Se cree especial y mejor que todos los que le rodean”  “Además quiere, necesita que le traten como tal” “Comprenderás que para quiénes estamos con él resulta  una actitud bastante molesta” comentan algunos.

Su madre, con cierta tristeza, comenta que: “No es capaz de ponerse en el lugar del otro. Es demasiado egocéntrico para poder hacerlo”

“También ha tenido problemas con las figuras de autoridad ya que no se le da muy bien aquello de cumplir con las normas. 
Es como si no fueran con él. Como si tuviera que recibir un trato especial y las reglas para los demás no le incluyeran a él” comenta su padre.

Cuando tú le cuentas esto a Juan, él no lo entiende, no lo ve como un problema. Ciertamente, Juan piensa que es mejor que los demás, que  merece que le traten de forma distinta y especial ya que él es diferente y superior al resto de sus colegas, conocidos y familiares. “No veo donde está el problema, es una realidad y han de aceptarla”

Juan no concibe que tenga un problema, en todo caso, el problema lo tiene los demás (esto es algo muy característico de los Trastornos de la Personalidad)

Como antes te comentaba, Juan nunca ha tenido amigos porque nunca ha tratado a las personas como tal. Cuando utilizas  y manipulas a la gente para obtener tus objetivos no puedes considerar a esas personas como amigos ni ellas a ti como tal. Los amigos no se ven como un medio para alcanzar un fin.  También es muy difícil  tener un amigo que concibe la relación de amistad como una competición, siempre compitiendo para demostrar al mundo que él es mejor que tú.

A veces, si alguien no le trata “con la atención que merece” se enfada y puede tener una actitud agresiva hacia la otrapersona. Él piensa que merece atenciones especiales y si no las recibe, como no entiende como esto sea posible, se enfada.

Además,  se toma horriblemente mal las críticas hacia su persona, por muy constructivas que éstas puedan ser.

Siempre está exagerando sus logros y todo lo que consigue parece ser lo más importante del mundo. Sin embargo, ocurre todo lo contrario cuando alguien cercano consigue sus objetivos, porque estos “nunca tienen importancia, son nimiedades”  según  Juan. Tiene  el hábito de sobrevalorar todo lo que dice y hace  e infravalorar todo lo que los demás consiguen

Con posibilidad de terapia vía Skype

Y bien, ¿Se te ocurre de qué Trastorno de la Personalidad estamos hablando?


Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
 www.profesionaldelapsicologia.es