En el
post de hoy te voy a hablar de una de
las técnicas derivadas del llamado Condicionamiento
Operante y que puede llegar a resultar
extremadamente útil, no solo con niños sino con adultos y en muy diversas
situaciones. Te voy a hablar de la técnica llamada EXTINCIÓN.
La extinción es
una técnica conductual que se usa para modificar ciertas acciones o conductas.
Se utiliza cuando quieres disminuir las probabilidades de que una conducta (conducta
no deseada) se de.
Por ejemplo:
Tu niño chilla, patalea y llora cada vez que
quiere que le pongas la TV o jugar a un videojuego a pesar de no haber hecho los deberes. Él
sabe que como norma no hay tele ni videojuego hasta que no haya hecho sus
tareas del colegio para el día siguiente.
Tu hija de 11 años no recoge jamás su
habitación. Tú ya se lo has dicho de
todas las maneras habidas y por haber: se lo has dicho bien, mal, le has
reñido, le has castigado…. Y no has obtenido cambio alguno.
Hay que tener en cuenta que la atención que recibimos de los demás es
un enorme reforzador, aunque esta atención sea negativa (Ej. reñir a tu
hija, echarle un sermón…). Por lo tanto, has de eliminar esa atención, porque
no está haciendo otra cosa que mantener la conducta indeseada.
¿Cómo llevar a cabo la extinción? Hay que
seguir ciertas pautas y cumplirlas sin vacilar. Estas normas son:
1. Cuando lleve a cabo la conducta que quieres eliminar: ignórale. Ignorar significa no hablarle, no mirarle, no hacerle caso alguno. A veces esto puede ser complicado porque no es nuestra tendencia natural, pero has de esforzarte por hacerlo si quieres que la conducta del otro cambie.
2.¡Has de ser coherente! No vale: hoy aplico la extinción a la
conducta x, mañana cambio de opinión
y no la aplico, y el martes vuelvo a aplicarla. Así no funcionará,
perderá su efecto y tú tu autoridad. De paso marearás al niño.
3. Una vez el niño se tranquilice y lleve a cabo una acción positiva ( ej. ponerse finalmente a hacer los deberes, terminar la pataleta y ponerse a jugar tranquilamente...) refuérzale esa conducta con un beso, un abrazo, un "muy bien" ( estos reforzadores, llamados "refuerzos sociales" son muy potentes).
4. La extinción se lleva a cabo con conductas que no sean peligrosas para el mismo niño o para los demás. Hay conductas que pueden ser ignoradas y otras no (ej. si tu niño está jugando con algún objeto peligroso con el que se puede cortar, no es conveniente que le ignores). Para estas conductas peligrosas hay otras técnicas que explicaremos más adelante.
Hay un par de cosas que tienes que tener en cuenta a la hora de aplicar la extinción:
- Al principio de aplicarla, la conducta deseada puede aumentar. Por esta razón es importante que seas constante y tengas paciencia a la hora de aplicarla. Si aumenta la frecuencia con la que se da la conducta indeseada, has de esperar y mantenerte en tus trece, es decir, seguir aplicando la extinción, ya que muy pronto verás como la frecuencia de dicha conducta disminuye.
- La conducta que deseas disminuir puede tardar un tiempo en hacerlo, depende de cada caso y el recorrido de aprendizaje que el niño lleve encima (no es lo mismo una conducta que lleva hacinedo dos años que una que lleva haciendo dos meses)
- La conducta, una vez extinguida, puede reaparecer espontáneamente. Has de aplicar la extinción otra vez. para que no se desarrolle de nuevo sino que sea una aparición espontánea.
Ahora,
una vez leído el post… ¡prueba a ponerlo en práctica!
Sara Llorens
Aguilar
Y con adultos se pueden suprimir conductas?
ReplyDeleteClaro que sí, pero al estar más arraigadas a veces es más complicado.La extinción serviría igual tanto para niños como para adultos, solo que habría que adaptarla según la persona, circunstancias y objetivos. Un saludo!
Delete