Hace ya varios meses escribí un
post cuyo principal propósito no era tener una continuación sino simplemente
dar a conocer en qué consiste la fobia a la sangre y en qué se diferencia del
resto de fobias. Parece ser que me equivoqué, ya que al tiempo de escribirlo me
decidí a ponerme en manos de un colega para solucionar el problema y aquí me
encuentro contándote los resultados.
Este post servirá de información
para algunos y, con suerte, de ayuda y de motivación para otros. Quiero
brevemente contarte mi experiencia personal al otro lado de la mesa, en la
silla de paciente.
Lo primero que hice fue contactar
con un profesional de confianza. Y tú te preguntarás: “¿pero por qué no lo
hiciste tú misma?”. Podría haberlo hecho pero por buen profesional
que seas o conocimientos que tengas, cuando se trata de empezar con algo que te
aterra hace falta mucha fuerza de voluntad, ser constante y …comprometerse con
alguien. En este caso, y sin que sirva de precedente, resultaba mucho más
sensato comprometerse con otra persona que no fuera conmigo misma. Cuando se
tiene tanto miedo a algo, uno puede llegar a ser excesivamente condescendiente
consigo mismo. No era eso lo que necesitaba.
En la primera sesión, además de
una entrevista general sobre el tema, hicimos una jerarquía de exposición dónde
yo gradué de menor a mayor el nivel de ansiedad que me causaban diferentes
situaciones. El último de la lista: un análisis de sangre (nota: llevaba más de 10 años sin hacerme uno)
Lo bueno de que un psicólogo
trate a otro es que el primero ¡se
ahorra todas las explicaciones teóricas acerca del problema y su tratamiento!
A partir de ahí empezamos a
trabajar con sesiones semanales y tareas diarias. Empezamos por fotos, conversaciones,
vídeos… En el primer vídeo de un análisis de sangre (vi muchos otros vídeos de
otros temas antes de ver éste) se me cayeron las lágrimas de puro miedo y me fui al otro lado del
despacho negándome a continuar. Me tranquilicé y al cabo de unos minutos seguí
viéndolo, no sin numerosos cortes en la grabación debido a la ansiedad (nota: vídeo no duraba ni 1 minuto)
A los dos días era capaz de ver
el vídeo entero, acompañada y con un alto nivel de ansiedad.
A los pocos días era capaz de ver
vídeos de todo tipo de extracciones sola en casa, sin cortes en la grabación.
A los días veía vídeos de cesáreas
en primer plano.
Hay que decir que también se dio
instrucciones a los más cercanos: familiares, pareja, amigos… ya que la gente
está acostumbrada a tratarte de una forma diferente en lo que respecta al tema,
con mucho cuidado. Esto obviamente te va bien a ti y la gente lo hace creyendo que te ayuda,
aunque en realidad sucede lo contrario. Por lo tanto, ciertas actuaciones y
actitudes en el comportamiento de los otros empezaron a cambiar.
Tengo amigas embarazadas que un año antes no
hubieran podido hablar del tema del parto conmigo delante y que sin embargo conforme
avanzaba la terapia, más hablaban del tema
con naturalidad delante de mía. Bueno, no sin de vez en cuando un "ay, perdona Sara” pero yo, como una niña a la que le han mandado
una tarea: “ Al revés, continuad. Tranquilas”
Luego empiezan los comentarios positivos de la gente sorprendida por los
avances… y eso es como cuando alguien se pone a dieta y la gente empieza a decirle “Oye,
te veo más delgada/o”. Tiene el mismo efecto. Refuerzo positivo.
Pasaban las semanas y, aunque de
forma lenta ( hay que tener en cuenta que no es lo mismo una fobia padecida
desde hace meses que otra asentada durante 25 años) iba progresando.
Y… destino o casualidad, en
Junio, el médico de cabecera me envió un análisis de sangre un día antes de mi
cumpleaños. Ahí tenía la oportunidad.
Decidí que “ahora o nunca” . Así que
el 21 de Junio pasado a las 9h de la mañana allí estaba, con las piernas
temblando. Decirte que esto no estaba para nada planeado en la terapia, fue un
salto enorme que sorprendió a todos, incluido a mi psicólogo. Obviando detalles
varios, creo que me comporté bastante bien: se me cayeron las lágrimas, estuve a punto de volverme por donde había entrado
pero me quedé, me dejé pinchar y por primera vez en mi vida no
me desmayé, ni antes, ni durante ni después de la extracción.
Fue una gran sesanción de logro poder superar un reto que llevaba diez años sin enfrentar.
Está claro que aún queda camino
por recorrer, ya que el sobreaprendizaje es importante en este tipo de casos, así disminuyes la posibilidad de futuras recaídas. Es decir, que el
conseguir el último escalón de tu jerarquía no te asegura nada, aunque sea un gran paso. Hay que seguir trabajando yasentando mejorías. Ese
es mi trabajo ahora.
Este post lo escribo como un
logro personal. Es un
post con el que una se expone mucho más que con el resto de artículos ya que
muestra una faceta personal y más aún tratándose de un Talón de Aquiles. Pero lo hago porque sé que el primero fue muy leído y que por
lo tanto éste puede motivar y ayudar a más de uno para enfrentarse a sus propios miedos, sean los que sean.
Espero que así sea.
Un saludo y hasta el próximo.
Sara Llorens
Aguilar
sllorens@cop.es
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