Quien siga este blog sabrá que el
Trastorno Obsesivo Compulsivo es uno de mis temas favoritos, aunque hasta ahora
lo he dirigido hacia los adultos, como la mayoría de posts que hay en este
blog. Bien, hoy cambiamos y nos vamos a los más pequeños: te voy a hablar de
cómo el TOC afecta a la población
infantil.
Normalmente el trastorno suele
surgir a la edad de 10 años y es más común en los niños que en las niñas.
Las obsesiones más típicas en los niños suelen ser mayoritariamente de
tipo: orden, simetría, contaminación (bastante frecuente) y miedo a hacerse daño
a uno mismo y/o a los demás. Las de tipo sexual no suelen ser comunes a estas
edades sino que son más propias de la adolescencia y de la edad adulta.
Respecto a las compulsiones: las
más frecuentes son las de lavado, repetición (algo bastante típico a estas
edades es volver a leer textos escolares o volver a escribir los deberes, una y
otra vez), comprobación, conteo y orden.
También es importante destacar
que el TOC en la infancia muchas veces va asociado a otro tipo de trastornos como: el Síndrome
de la Tourette, el TDAH, así como otros problemas de comportamiento y problemas
específicos de desarrollo.
Muchas veces el problema pasa
desapercibido por los padres y profesores porque, a diferencia del adulto, el
niño no sabe explicar lo que le ocurre. Es
normal que los padres atisben que algo no va bien cuando el problema avanza y
ven que su niño tiene comportamientos raros, atípicos en él ( nerviosísimo, bajo
rendimiento escolar, agresividad…) y que suelen ser producto del elevado nivel
de ansiedad que le provoca su problema.
Por lo que respecta al
tratamiento, sería el mismo que para los adultos: Exposición con Prevención de
Respuesta (EPR), siendo los padres los encargados de supervisar las tareas de EPR
del niño.
Si el problema se ha generalizado a numerosos estímulos, se realiza
una jerarquía y se emplea la Exposición
Gradual, empezando por los estímulos que menor ansiedad generan y una vez superados
estos, se pasa a estímulos que generen una mayor ansiedad, es decir, más
difíciles.
Si el problema no está excesivamente desarrollado y el número de estímulos o situaciones ansiógenos es bajo, se suele aplicar la Exposición Total, es decir, no se realiza jerarquía alguna sino que se va exponiendo al niño a los estímulos temidos.
Es importante contarle al niño en
qué va a consistir la tarea, además de aportarle seguridad y calma diciéndole que no
se va a quedar solo en ningún momento. Le aseguramos que no le va a ocurrir
nada.
Si el niño no quiere hacerlo es
mejor no obligarle a ello porque podríamos obtener resultados muy negativos. Una
mejor opción es esperar otra oportunidad
para volver a intentarlo.
Como puedes comprobar, si ya
sabías algo del TOC, el trastorno en adultos no difiere mucho del infantil.
Conviene tener en cuenta que cuanto más temprana sea la edad de diagnóstico y tratamiento, más posibilidades tendrá la persona de recuperarse y mantener dicha recuperación a largo plazo.
Conviene tener en cuenta que cuanto más temprana sea la edad de diagnóstico y tratamiento, más posibilidades tendrá la persona de recuperarse y mantener dicha recuperación a largo plazo.
Para quien le ineterese el tema, cualquier libro de Aurora Gavino sobre este campo es una muy buena recomendación.
Si te inetresa el tema del TOC, solo tienes que pinchar en la etiqueta que está al final del post para obtener más información.
Sara Llorens
Aguilar
sllorens@cop.es
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