TRATANDO LA ANOREXIA NERVIOSA (III)


Te recuerdo el esquema de tratamiento  que estamos siguiendo:

  • Restaurar el  peso de la paciente introduciendo pautas para una nutrición y dieta adecuadas. (lo que hoy trabajaremos)
  •  Corregir ideas irracionales acerca de la silueta, peso y comida.
  •   Mejorar la propia imagen corporal.
  •   Mejorar la sintomatología  asociada al trastorno.
  •  Mejorar su autoestima.
  •    Mejorar sus relaciones familiares y sociales.
  •     Prevenir futuras recaídas.

Quiero comenzar por informarte, si no lo sabías ya, de que a día de hoy  la única estrategia terapéutica que se ha confirmado empíricamente (a través de estudios científicos) como eficaz en la AN es la  rehabilitación nutricional. Es decir, que  solo este tipo de tratamiento ha demostrado una eficacia significativamente superior a todos los demás.

Esto es diferente en la Bulimia Nerviosa (BN) ya que en este caso la terapia cognitivo-conductual (TCC) sí  ha mostrado su eficacia de una forma significativamente superior al resto de terapias estudiadas.

A día de hoy, en los casos de AN,  lo que mejores resultados da es unir la rehabilitación nutricional con TCC.

De esto podrás deducir que la renutrición de la paciente es requisito indispensable para obtener mejorías. Ojo, esto no se traduce en “ayudarla a engullir”. El objetivo de la rehabilitación nutricional es que la paciente recupere su bienestar físico y psicológico. Es más, el peso en el que la paciente obtenga su menstruación es el objetivo a nivel orgánico, aunque dicho peso esté por debajo de la media según las tablas.

La introducción de alimentos irá a un ritmo lento, empezando por lo más fáciles, tales como: verduras, frutas y proteínas. Todos los hidratos (que normalmente entran en la clasificación de “alimentos prohibidos”) quedan relegados hasta etapas posteriores.

No es necesario empezar por una rehabilitación nutricional en la que la paciente ingiera una cantidad de calorías/día considerada normal ni una dieta hipercalórica (recordemos que no hablamos de pacientes en estado muy grave y hospitalizadas, sino de régimen ambulatorio) sino que se puede empezar con un mínimo considerado “aceptable” para el caso, como 1000 Kcal, por ejemplo.

Es importante regular el tipo de alimentación y cantidad así como la frecuencia (5 comidas/día, aunque sean ligeras,  para evitar que la paciente se sienta más pesada e hinchada con solo 3 pero más copiosas)
Cosas como: horarios, lugar de comida, cantidad, tipo… serán también controladas, normalmente por los padres, quienes previamente tendrían que ser “educados” y entrenados en el tema para no sólo  querer ayudar sino que realmente sepan prestar esa ayuda de forma adecuada. La buena intención es importante pero el saber manejarse lo es aún más.




Sara Llorens Aguilar
sllorens@cop.es


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