Al igual que en la
mujer, es un problema peliagudo con resultados no siempre exitosos.
Tiende a ser menor que
en las mujeres, un problema menos común pero
que al parecer puede incrementarse con la edad. De hecho,un estudio demostró que los hombres
con la edad disminuyen sus pensamientos y fantasías sexuales, así como la
actividad sexual. A pesar de ello, has de tener en cuenta que dichos resultados no estaban relacionados con
la satisfacción sexual con la pareja.
No se sabe si es debido
a la edad en sí misma o si es debido a factores relacionados con esta, tales
como: aumento de peso, medicación, falta de actividad… El caso es que en los
varones, la edad parece ser un factor
determinante en la disminución de la líbido.
Muchas veces viene
emparejado con problemas de disfunción eréctil y es importante saber qué vino
primero para saber qué es lo que debemos tratar en primera instancia. Es obvio
que si la disminución del interés sexual es secundaria a una disfunción eréctil,
el objetivo de la terapia será este último problema, ya que una vez desaparezca
la disfunción eréctil, cabría esperar un
aumento del interés sexual.
En realidad, dentro de
este tipo de desorden se incluyen tanto: el bajo deseo sexual como la aversión al sexo pero éste último es muy
poco común en los hombres (ya dedicaré un post
completo al Trastorno por Aversión al Sexo, que además resulta muy
interesante)
En un principio, existen
cinco tipos diferentes de Bajo Deseo Sexual en el hombre:
- Generalizado-primario: Siempre se ha dado, no le gusta el sexo en ninguna de sus formas.
- Adquirido-generalizado:
a. En
toda situación sexual y es debido a la edad.
b. En
toda situación sexual y es debido a medicamento o problema médico.
- Adquirido- Situacional
a. Desinterés
con la pareja pero no en la masturbación.
b. Hombre
sexualmente interesado en relaciones superficiales, pero desinteresado en
relaciones con mujeres con las que establece intimidad.
Si hablamos de los
factores de riesgo para el trastorno, estos podrían resumirse en los
siguientes:
-
Consumo de alcohol elevado y constante.
-
Rutina sexual.
-
Haber sufrido abusos sexuales en infancia.
-
Medicamentos.
-
Algunas enfermedades.
-
Grave enfermedad de la pareja.
-
Dificultades en la intimidad.
-
Otros trastornos sexuales asociados.
Con respecto a los
factores de riesgo, también se sabe que la bajada de testosterona así como un
aumento de prolactina, disminuyen el deseo sexual (la segunda, tanto en mujeres
como en hombres). No se sabe bien el mecanismo ya que hay hombres con niveles
normales de ambas hormonas y con bajo deseo sexual, al igual que los hay con
hipogonadismo (hipoactividad de las gónadas, que es lo que define la
andropausia) que toman suplementos
hormonales y que no mejoran el deseo sexual.
Por lo tanto, la
cuestión hormonal es aún confusa y al parecer no necesariamente determinante.
Como podrás observar
una vez más, nos encontramos con un problema multicausal, es decir, no hay un
solo factor que nos lleve al desarrollo del trastorno, sino que es un conjunto
de varios y diversos factores lo que provocaría el problema.
En próximos posts hablaremos
de cómo realizar una evaluación psicológica
en un caso de este tipo, ya sea en mujer u hombre.
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