Qué hacer con los corazones rotos...

...¿Qué hacer cuando lo que tienes al otro lado de la mesa es un corazón roto...? Buena pregunta.

Desde mi punto de vista, los casos más fáciles suelen ser  los que tratan  trastornos, por muy complicados que estos sean. Estos últimos, a pesar de poder llegar a ser realmente difíciles, no dejan de ser problemas más o menos definidos y con literatura, protocolos de actuación e información de todo tipo por doquier. Está claro que dificilmente vas a aplicar un protocolo de la misma forma y con las mismas pautas a dos personas con el mismo trastorno pero no dejas de tener una guía para seguir, por mucho que tú acabes moldeándola.
Obviamente, cuando las cosas están definidas y hay gran cantidad de documentación sobre la materia, el reto suele ser más fácil.
Luego están los "casos cotidianos" que llamo yo. Estos casos parecen fáciles a primera vista porque no son tan llamativos como muchos trastornos de las guías oficiales, sino que tratan de temas varios relacionados con la vida diaria: problemas diversos relacionados con el ámbito laboral, problemas de pareja, sentirse desorientado, una infidelidad, insatisfacción personal....
También es verdad que el poder de las etiquetas es apabullante: nunca tendrá el mismo efecto decir "es un caso de Depresión Mayor", que "se siente triste y desorientado". Pues lo mismo ocurre con los casos cotidianos, que al no tener etiquetas que los definan aparentan más simplicidad, cuando en muchas situaciones la realidad es completamente la opuesta.

Un corazón roto es un ejemplo de caso cotidiano. Se trata de algo muy común, que forma parte de la vida y que se da en cientos de personas en cada lugar del mundo cada día. Pero... es motivo de consulta.
Normalmente la situación va por fases y cuando la persona llega a consulta suele ser porque por sí misma se da cuenta de que no  puede superarlo y que necesita ayuda externa.
La persona suele encontrarse triste, irritable, con poco/demasiado apetito, con insomnio/hipersomania, sin ganas de ninguna actividad ni de relaciones sociales y con una actitud bastante pesimista sobre sí misma y su futuro amoroso. Estos son algunos de las características generales que suele presentar la persona, aunque siempre pueden haber variaciones. 
En realidad, si te das cuenta se trata de una pequeña depresión. No es que necesite ponerle nombre sino que a efectos prácticos vamos a tratar el problema  de la misma forma que trataríamos una depresión leve, ya que los síntomas que presenta el paciente son los mismos.

Lo primero será pautar actividades y recuperar relaciones sociales: cuanto mayor sea la inactividad y el aislamiento,  más empeorará el  paciente porque más tiempo y espacio tendrá para los pensamientos negativos que su estado de ánimo actual  favorece.
Una vez hayamos puesto en marcha las actividades y las relaciones interpersonales, empezaremos a trabajar los pensamientos negativos que el paciente pueda tener tanto sobre sí mismo  (atractivo físico, incapacidades, defectos como persona y como pareja...), como sobre su futuro. 
Obviamente, esta parte incluye la autoestima, que suele verse bastante tocada tras una ruptura no asimilada. 

Pensamientos tales como:  "No soy lo suficientemente buen@", " Nunca voy a encontrar a nadie como él/ ella", "Jamás encontraré a alguien que me quiera tanto", "No creo que exista alguien para mí", "Me voy a quedar sol@" son algunos de los más frecuentes y que es necesario trabajar para evitar que se queden enquistados.

El orden es tal cual se refleja aquí: empezaremos por lo más superficial (relaciones sociales, actividades...) para continuar con lo más más difícil (creencias básicas, P.A.N....) ¿Por qué hacerlo así?: 
Porque al empezar por lo más fácil, hay más posibilidades de éxito y por lo tanto, de mejorar el estado de ánimo del paciente. Con un mejor estado anímico, mejoramos la disponibilidad y capacidad de trabajar la parte más complicada.

Y hay algo importante a trasmitir al paciente en este tipo de situaciones: la necesidad del paso del tiempo. La terapia ayudará a que la herida cicatrice más rápidamente pero no de un día para otro. Hay que tener paciencia e ir trabajando para que esos pensamientos, sentimientos y actitud no se instalen  para acompañarnos  más tiempo del necesario dejando, además, secuelas que podrían acompañarnos de por vida.


Sara Llorens Aguilar
sllorens@cop.es


Comments

  1. Es como un duelo, no?? supongo que el tema del duelo por la muerte de algún ser querido lo tratas de igual forma que cuando pierdes una pareja, un trabajo o algo muy apreciado y que se va de forma inesperada. Me gustaría algún post sobre el tema del duelo.

    Gracias!!!

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    1. Hola,

      Exactamente, podríamos decir que es una especie de duelo. Una pérdida en otro sentido, pero al fin y al cabo una pérdida. Me anoto tu propuesta del tema del duelo para un futuro post.

      Saludos!

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