VIGOREXIA

Es bien sabido por todos que trastornos como: la Anorexia Nerviosa, la Bulimia Nerviosa, el Trastorno por Atracón, la Obesidad.(aunque este último no haya sido declarado como trastorno psicológico oficialmente...) o el Trastorno por Dismorfofobia, son problemas psicológicos relacionados con  conceptos como: alimentación, físico, complejos, autoestima, autoimagen... Pero también existen otros problemas relacionados con la conducta alimentaria y la autoimagen, que desgraciadamente comienzan a estar a la orden del día y que probablemente en un futuro lleguen a tener una repercusión similar en la población a los que acabamos de mencionar. Un ejemplo es la llamada Vigorexia.

En la vigorexia,  la persona se percibe, erróneamente, demasiado pequeña, enclenque y/o débil  por lo que intenta agrandar sus músculos para deshacerse de su complejo, algo que obviamente no consigue. Suele afectar con mayor frecuencia a los hombres. Otros nombres que recibe el trastorno son Anorexia Inversa , Complejo de Adonis y Distrofia Muscular

Para conseguir su objetivo, la persona se centra en desarrollar todos los grupos musculares de su cuerpo con el fin de agrandarlos. El entrenamiento excesivo, la obsesión por la imagen corporal y las  dietas estrictas (bajas en grasas y ricas en hidratos de carbono y proteínas), son algunos de los síntomas típicos del trastorno. También suele ser bastante común el uso de anabolizantes para un desarrollo muscular mayor y más rápido. el uso de estas sustancias puede dar lugar a consecuencias médicas muy nocivas para quién las toma: impotencia, acné, problemas cardíacos, cambios bruscos de humor...

Al margen del uso de anabolizantes, otras consecuencias a nivel orgánico que suelen derivar de este trastorno son: desproporción entre las partes del cuerpo (la cabeza queda pequeña en proporción al resto del cuerpo), problemas metabólicos debido al tipo de dieta (por ejemplo, un exceso de ácido úrico que puede derivar en gota), problemas a nivel de huesos, músculos, articulaciones y  tendones (como desgarros, esquinces...)

Hay que diferenciar entre una persona que cuida su cuerpo y una persona que está obsesionada con él. En el caso de la vigorexia, la persona antepone su cuerpo, y todo lo que tenga que ver con él, a otras obligaciones que normalmente tendrían que ser prioritarias (trabajo, familia, estudios...). Cuando el entrenamiento y cuidado del cuerpo dan lugar a un mal funcionamiento en el resto de áreas de la vida de la persona, es entonces cuando cabe plantearse si nos enfrentamos a un problema.


El tratamiento debe enfocarse a cambiar la conducta y la forma que  tiene la persona de ver su cuerpo. Es decir, hemos de trabajar tanto a nivel cognitivo (cambiando la percepción que el paciente tiene de sí mismo, algo quela mayoría de veces va más allá de la imagen física) como a nivel conductual (cambio de pautas a nivel de dieta, entrenamiento y otras conductas que mantienen el problema).
Al igual que otros trastornos relacionados, el cambio puede ser costoso y se ha de ir al ritmo del paciente.



Sara Llorens Aguilar
www.profesionaldelapsicologia.es
sllorens@cop.es

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