De dónde viene el Síndrome del Emperador

En su momento, ya te hablé de lo que era el llamado Síndrome del Emperador, pero hoy vamos a ver de dónde viene  este problema, cuál es el origen de este nuevo fenómeno social, tan impensable en épocas anteriores.

Bien, como todo en psicología, nunca hay una única causa sino que  son varios los factores que aumentan las probabilidades de tener un pequeño tirano en casa, dueño y señor del hogar familiar.

Si bien es cierto que hay niños y niñas con este problema, el porcentaje de niños es mucho mayor. Ya se conoce, por diversos estudios, que por lo general el índice de agresividad de las niñas/mujeres es bastante menor que en los niños/hombres. Estos resultados se mantienen a través de las distintas épocas, lugares y culturas. Muy probablemente sea debido a una mezcla de la educación que reciben las niñas (juguetes, normas, ideas sobre lo que es ser femenina/elegante/educada...) junto a factores de tipo biológico (niveles de testosterona, por ejemplo)

Por otra parte, está el tema de la sociedad actual. Se ha pasado de una sociedad en la que el niño temía en lugar de respetar, a otra donde el niño encuentra que los límites están muy difusos, incluso llegan a  ser inexistentes en según que casos. Se ha pasado de un extremo a otro, ahora no son los hijos quienes temen a sus padres sino más bien al revés. 
Hemos pasado de la sociedad del esfuerzo y sacrificio, al lado opuesto, donde todos queremos conseguir lo deseado a base del mínimo esfuerzo. Este tipo de ideas que gobiernan nuestra actualidad, también se transmiten a los niños, quienes  acaban creyendo que lo que desean les pertenece por derecho propio.

La publicidad que hay por todas partes hoy en día (TV, revistas, videojuegos, películas, series, juguetes...) son mucho más agresivos que antes. Recordemos que los niños  suelen imitar lo que ven, por lo que si este tipo de conductas son aprendidas y "normalizadas" a través de todos estos medios, no es sorprendente que  puedan darse situaciones problemáticas con el tiempo.



Los padres hoy en día quieren solucionar los problemas de forma democrática y eso es estupendo, pero cuando se hace con sentido común. Hay padres que confunden su rol con el de ser amigo de su hijo. Puedes crear un vínculo sano, de confianza y afecto con tu hijo, pero no eres su amigo y no debes intentarlo, ya que cuando  eso ocurre, los roles se confunden y los problemas asoman la cabeza. Los hijos han de saber quienes tienen la autoridad en casa son los padres y no ellos. Se puede y se debe dialogar siempre, pero una cosa  es ser democrático y otra permisivo.

Por otra parte, la estructura familiar ha cambiado y  hay muchas más madres trabajadoras, por lo que el niño pasa más tiempo solo en casa o está  ocupado con actividades extraescolares, de forma que el tiempo disfrutado entre padres-hijo, es bastante  menor que antes, lo que dificulta el  vínculo entre ellos.

Y tú te preguntarás ¿Y el carácter del niño no influye? Claro que sí, la genética influye en este problema y en todos, pero la interacción con el entorno en este tipo de casos es determinante. Un niño puede nacer con una determinada genética pero ésta puede manifestarse o no según los estímulos ambientales que el niño reciba. Por lo tanto, centrémonos en lo que podemos cambiar.


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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
 

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