El agente publicitario de mi trastorno es realmente bueno...

Cuando uno acude a consulta decidido a tratar un problema que padece desde hace tiempo,  aunque venga muy motivado, nunca hemos de infravalorar el poder del hábito, la costumbre, la rutina... "lo que he hecho siempre" porque será un factor importantísimo y  va a jugar en el equipo contrario, no en el nuestro.

Hace poco leí una metáfora muy buena, o al menos a mí me lo pareció, en la que se  reflejaba de forma muy ingeniosa cómo y por qué, a pesar de querer lo contrario, nos cuesta dejar de hacer caso a lo que el trastorno nos dice (llámalo TOC, hipocondría, anorexia, pánico...) frente a lo que nos decimos/reflexionamos/cuestionamos cuando comenzamos un tratamiento.

Con algunos retoques propios y dándole una aplicación general (ya que la metáfora iba dirigida al TOC) te la presento. Seguro que más de un@ se sentirá identificado y/o le encontrará utilidad.

Tenemos dos campañas publicitarias. Dos paneles, uno a la derecha y otro a la izquierda.


El de la derecha es de una marca de refrescos muy conocida por todos. Es un anuncio fantástico. Llama la atención nada más verlo. Es colorido, grande, con frases ingeniosas y unas imágenes inmejorables. Además  está iluminado, de forma que por las noches  llama la atención aún más que por el día. Menuda campaña ... espectacular.
Luego nos encontramos con el panel de la izquierda, que es más bien tirando a normalito.  La empresa que hay detrás es pequeña y acaba de empezar en el mundo de los refrescos lanzando un producto  de grandes cualidades pero...desconocido. Nadie sabe que existe e intentan darlo a conocer. Como la empresa es modesta y acaba de empezar, sus recursos económicos son más bien limitados, lo que se ve reflejado en su campaña publicitaria. Su panel no tiene luces, además es bastante más pequeño que el primero y no contiene tantas imágenes ni han usado tanto color.
Sin embargo, el producto es realmente bueno, de gran calidad.
Bien, a lo largo de la terapia nuestro trabajo va a ser promover este nuevo producto, hasta ahora desconocido por nuestro paciente. El paciente y el psicólogo trabajarán para  mejorar la campaña publicitaria. El objetivo es hacer más atractiva la segunda campaña (es decir, las pautas del tratamiento, lo que sé que he de hacer pero me da tanto miedo): aumentar el color, el tamaño, buscar buenos slogans... Esto último es importantísimo: el mensaje que quieres transmitir al público ¿Cómo les vas a convencer para que prueben el nuevo producto?  

El paciente ha de buscar frases, discursos... que le ayuden a convencerse del por qué ha de hacer caso a las pautas del tratamiento y no "a lo que está acostumbrado". Olvidémonos de frases bonitas y vacías. El paciente ha de buscar discursos internos que verdaderamente le motiven y le ayuden a, incluso en los momentos más difíciles (que los habrá), lograr  mirar hacia el anuncio desconocido y no al más llamativo. Éste último dejará de ser tan atractivo conforme mejoremos el nuestro.

No estaría de más que nos escribiéramos o grabáramos nuestro discurso interno para tenerlo a mano siempre que las necesitemos.

Ahora reflexiona sobre cómo podrías animar tu propia campaña, ya sea para mejorar tu autoestima, para quitarte esa fobia de encima o para librarte de  la bulimia... Todos los trastornos pueden publicitarse ¿cómo lo harías?



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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
www.profesionaldelapsicologia.es

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