Cómo tolerar mis emociones negativas

¿Qué emociones considero negativas? ¿Por qué huyo de ellas? ¿Por qué me crean tanto malestar? ¿Por qué lo paso tan mal cuando me encuentro ansios@? ¿Por qué me preocupa tanto tener días bajos? ¿Qué pienso de las personas que se deprimen con facilidad? ¿y de las que muestran sus enfados abiertamente? ¿Qué pienso cuando veo que una persona  está nerviosa? ¿Por qué estos estados emocionales me crean rechazo?
Estas preguntas y  algunas más, son las que vamos a responder a lo largo del post.

Para empezar, has de saber que existen tres tipos principales de emociones negativas:
  • La tristeza: En este grupo se incluyen algunas como la desesperación, la melancolía, la culpa, vergüenza…
  • La locura: aquí entrarían el enfado, la irritación, la rabia, la frustración, los celos…
  • El miedo: entraría lo que es el miedo, el terror, la ansiedad, la amenaza…
Muchas personas ven películas de terror porque disfrutan sintiéndose asustados mientras las ven. Otros ven su cólera de forma positiva porque les ayuda a sentirse más fuertes y poderosos. La tristeza  sirve para diferenciar lo que nos importa de lo que no, cuando perdemos algo o a alguien. Estos tres grupos de emociones consideradas como negativas no tienen por qué serlo. Adquieren esa connotación  cuando la persona realiza una evaluación negativa de la emoción.

Hay personas que tienen grandes dificultades para tolerar cualquier emoción negativa. No es la intensidad de la misma lo que define la intolerancia de la persona sino más bien cómo de frustrante e intolerable resulta para la persona la posibilidad de sentir esa emoción y cuan es su deseo de deshacerse de ella.

Lo normal es que si la emoción nos disgusta o estresa, intentemos deshacernos de ella. Desafortunadamente, al contrario de lo que ocurre con otras necesidades, cuanto más intentamos liberarnos de esa emoción que nos resulta desagradable, más difícil nos será deshacernos de ella.

¿Cómo se desarrolla el problema? 

Algunos estudios sugieren que hay personas biológicamente más sensibles que otras y que por lo tanto viven con mayor intensidad las emociones negativas, por lo que les resulta más complicado tolerarlas.
La educación también tiene su rol  a la hora de  desarrollar el problema. Hay familias en las que se castiga o ignora cualquier emoción negativa; otras utilizan formas poco sanas a la hora de enfrentarse a las mismas (drogas, discusiones, alcohol…)
Si hemos estado utilizando formas de evitar/escapar de nuestras emociones, estas conductas habrán reforzado a lo largo de los años nuestra intolerancia a las mismas.

¿Cómo se mantiene?

A través de las conductas de escape y evitación, y de las creencias sobre las emociones negativas que la persona ha ido manteniendo y alimentando durante los años.
Si nos detenemos en qué tipo de creencias influyen en el problema, algunos ejemplos típicos  serían los que te pongo a continuación:

  • La ansiedad es para los débiles.
  • Las personas que sienten ansiedad son problemáticas.
  • A la gente no le gusta las personas irritables.
  • La gente huye de las personas tristes.
  • Nunca han de saber qué te sientes mal.
  • No puedo soportar verme triste.
  • Sentir emociones negativas es peligroso.
  • Si continúo sintiéndome así, me volveré loco.
  • No puedo y no debo permitirme estas emociones.
  • Nunca hay que mostrarse vulnerable ante los demás.
  • La gente rechaza a las personas con carácter fuerte. 

 Continuaremos con el tema en un próximo post...


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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es


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