Carta de una paciente: Por qué no debo tener miedo a la ansiedad


Hoy  publico (que no escribo) un post  algo diferente. En él hay una carta de una paciente con la que llevo bastante tiempo trabajando el tema de la ansiedad. Esta persona, con esfuerzo y tesón, ha mejorado y aumentado su calidad de vida aunque todavía le queda algo de camino por recorrer. Recientemente, le pedí que  escribiera una carta para sí misma explicando las razones por las que no tenía sentido  la ansiedad a la ansiedad y éste que os dejo es el resultado. 
Desde aquí, te doy las gracias por permitirme publicarla, estoy segura de que a más de uno/a le resultará interesante leerte.

 POR QUÉ NO DEBO TENER MIEDO A LA ANSIEDAD
  
La ansiedad ha formado parte de mi vida siempre, sólo que no he sabido de qué se trataba. He pasado por fases muy diversas, unas mejores y otras peores. Todas distintas. Cuando creo que ya sé cómo trabajar la ansiedad, surge una nueva etapa. Por eso es buena idea ir directamente a la raíz del problema, a por qué la ansiedad me causa miedo. Éste es un texto para demostrar que no debo tener miedo a la ansiedad. La teoría la sé bien.

Résultat de recherche d'images pour "carta"La ansiedad es una respuesta natural del ser humano, un mecanismo que poseemos todos cuya utilidad es protegernos. La ansiedad nos mantiene alertas ante peligros físicos o emocionales. Otra cuestión es que sepamos cómo interpretar esa información que el cuerpo nos facilita. Además, resulta lógico que cause sensaciones desagradables porque de otro modo no prestaríamos atención. En cierto modo, es una hipótesis con integridad lógica pensar que en cierta medida tienen razón los pseudo-científicos que defienden que ciertas enfermedades menores son toques de atención para que cambiemos nuestra vida, puesto que la ansiedad prolongada puede hacernos más vulnerables; a su vez, situaciones con las que no sabemos lidiar pueden causar ansiedad. Siguiendo con esta lógica, resulta más útil enfrentarse a las causas que nos producen la ansiedad que asustarse de ella. “No maten al mensajero”, decía el sabio director de cine. Visto así, la ansiedad, con sus desagradables alertas, es el hada madrina fea que nos impide cruzar la carretera cuando vienen los coches o que nos fuerza a estudiar frente a un examen importante.

Ahora, ¿qué hacer cuando las sensaciones desagradables nos invaden? Bueno, por experiencia sé que empeñarse en huir de la ansiedad o, simplemente, odiarla, no tiene demasiados efectos positivos tampoco. Empeñarse en no pensar en algo suele traer aparejado pensar con más intensidad sobre el tema. Con la ansiedad no es distinto. Pasarse la semana no queriendo pensar en la ansiedad porque ello nos produce más ansiedad sólo produce un creciente malestar emocional muy poco sano. Acciones sencillas como salir a pasear o hacer una cena especial o, simplemente, poner la radio y escuchar algo de música, pueden ser buenas alternativas para evitar entrar en el bucle de rumiar una y otra vez sobre las sensaciones que nos produce la ansiedad. Y, después, hay que trabajar sobre estas cuestiones con mayor profundidad. 

Résultat de recherche d'images pour "carta"En relación a este punto, contar con la ayuda de un buen terapeuta puede ser una gran baza. En mi caso, ahora cuento con alguien que no me juzga y que hace sentir acompañada, que me ha enseñado estrategias para salir adelante (a veces, simplemente para sobrevivir al final del día) y que, entre otras cosas, me ha motivado para ver que sí he conseguido buenas cosas en mi vida y que las opiniones negativas sobre mí misma son sólo eso, opiniones. Y, por tanto, pueden cambiarse; no son permanentes. Por ejemplo, ver mis logros o apreciar que en la vida no puede valorarse todo en función de haber conseguido un gran trabajo remunerado son cuestiones que he aprendido durante la terapia. 

Por último, está la impresión que tengo de mí misma. Aunque sea sólo una cuestión subjetiva, prefiero mirarme en el espejo y ver a una persona que se enfrenta a sus “problemas” y que puede afrontar retos y desafíos que a una persona que se acobarda ante el miedo a la ansiedad. Yo necesito los retos, forman parte de mi carácter. Me siento físicamente mal cuando la vida se vuelve rutinaria. Necesito retos, cambios controlados, viajar, emoción en mi vida. Eso lleva también a situaciones estresantes. Quiero ser de quienes se hacen adelante y lo consiguen, no de quienes se pasan la noche pensando en ello y dudando de si lo han pensado bien. Creo que ahora mismo pertenezco a ambos grupos, pero quiero abandonar el segundo o, al menos, no tener miedo a estar en él.
Por todo esto, no debo tener miedo a la ansiedad. Es algo muy común, tiene un lado útil, hay estrategias para enfrentarse a ella con éxito, cuento con el apoyo de mi familia y el consejo de una buena psicóloga y, además, tengo la voluntad de seguir creciendo y avanzando, superando mi miedo personal. Para ir practicando, me voy a pasear ahora mismo. 

 
Posibilidad de terapia por Skype



Únete a nuestro grupo de Facebook

Sara LLorens Aguilar

sllorens@cop.es 

Comments