¿Dónde está mi orgasmo?

Hace mucho tiempo que no  escribo sobre Trastornos de la Conducta Sexual, así me he dicho que éste es un momento tan bueno como cualquier otro para retomar el tema. En su momento te hablé  tanto de los posibles  problemas sexuales tanto  en el caso de ellos como  en en el nuestro. Algunos de los temas que  tratamos con más detenimiento fueron:  la eyaculación precoz, de la disfunción eréctil, el vaginismo,  el complejo sobre el tamaño de los genitales, de la disminución del deseo sexual tanto en la mujer como en el hombre, del Trastorno Persistente de Excitación Sexual en la mujer y la hipersexualidad. 

Resultado de imagen de problemas sexualesBien, pues hoy me gustaría retomar estos temas y hablarte de la anorgasmia. La anorgasmia  consiste básicamente en la ausencia de orgasmos en las relaciones sexuales y se da en algunas mujeres. Si es primaria, implica que nunca se ha tenido un orgasmo (ni en coito, ni con sexo oral o masturbación), cuando hablamos de anorgasmia secundaria significa que  la persona sí ha tenido en el pasado pero a partir de un momento dado dejó de hacerlo.
No alcanzar el orgasmo de forma recurrente puede llegar a ser muy frustrante y por eso  muchas mujeres terminan en consulta con el objetivo de solucionar el problema. 
Lo primero que tenemos que hacer, como en cualquier otro problema de tipo sexual, es descartar la posibilidad de un origen fisiológico (desequilibrio hormonal, efectos secundarios de medicamentos, enfermedad...) Una vez descartada dicha posibilidad, ya podemos empezar el proceso terapéutico.

La terapia va a llevar diferente ritmo dependiendo de factores tales como:
  • Si la paciente tiene o no pareja
  • Si la  anorgasmia es primaria o secundaria.
  • Si la falta de orgasmo se da solo durante el coito o también en la masturbación y/o sexo oral.
  • Si la paciente tiene algún tipo de trauma sexual.
  • Si la anorgasmia es el único problema psicológico que presenta.
  • La actitud de la paciente hacia el sexo.
  • Si está dispuesta o no a contárselo a su pareja y a  que la pareja forme parte de la terapia conscientemente (a veces forman parte de  ella sin saberlo).
Obviamente, la terapia se hace más fácil cuando se tiene una  pareja que conoce el problema y muestra una actitud colaboradora. Desafortunadamente, no siempre nos encontramos con el inicio ideal. Si es el caso y la paciente quiere, es importante involucrar a la otra persona en los pasos que se van dando y el por qué de los mismos.
En cualquier caso,  hay algo crucial que ha de aprender a hacerse: saber comunicar a tu pareja sexual lo que te gusta y lo que no. De no ser así,  la otra persona va  a ciegas, o lo que es peor, si se finge, la otra persona acaba creyendo que nos gusta algo que en realidad no, con lo que en lugar de acercarnos al orgasmo, nos aleja. Cuanto más se finja, más se habitúa la otra persona a hacer lo que cree que está haciendo bien.

Siempre se ha dicho y es una realidad: para disfrutar al máximo  de las relaciones sexuales , ha de haber una buena comunicación, al menos en cuanto a gustos y necesidades se refiere, de otra forma no digo que no se pueda disfrutar pero digamos  que se le saca mucho menos partido. No vale la excusa de  "es que interrumpes el momento" o "es que parezco una profesora dando instrucciones", hay muchas maneras de comunicar al otro lo que nos gusta  sin romper "la magia del momento".
 
También es importante trabajar los miedos  que tiene la paciente y que muchas veces dificultan que alcance su objetivo: miedo a que piense "x" de mí si le digo lo que me gusta; miedo a que se enfade o piense que soy una aburrida si no quiero hacer lo que me pide; complejos sobre el propio cuerpo...Estos y otros  suelen presentarse en algunas pacientes  y es esencial elaborar estrategias para hacerles frente y así poder quitárnoslos de encima. Hay que prestar atención a lo que la paciente evita y por qué: determinadas posturas, mirar a la cara, gesticulación facial, hablar, sexo oral, masturbación, uso de fantasías... No es tanto lo que se evita si no  el por qué se evita. Si es porque la paciente sabe con certeza que no le gusta o no le excita, bien. Si son conductas de evitación  basadas en miedos, hay que trabajarlas.

Las circunstancias en las que se mantienen  relaciones también cuenta: momento del día, lugar, estado de ánimo, cansancio...

Resultado de imagen de orgasmo A rasgos muy generales, en el caso de que se tenga pareja, el protocolo a seguir es la Focalización Sensorial. Y según las dudas, obstáculos... que se nos vayan presentando, entonces vamos adaptando el ritmo y  moldeando las estrategias. cada pareja es un mundo y esto es un protocolo que se tiene que ir adaptando a ella y a sus circunstancias.  .A veces hay que ser muy creativo  como profesional a la hora de tratar estos temas, especialmente cuando nos encontramos con el caso de una paciente sin pareja sexual. Esto ocurre muchas veces y hay que intentar avanzar lo máximo. En este último caso, si la paciente no tiene orgamos con la masturbación, podemos empezar a trabajar por ahí y conseguir resultados que le motivarán y le darán confianza para cuando llegue el momento de enfrentarse a las relaciones sexuales completas.


Posibilidad de terapia por Skype



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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es 
www.profesionaldelapsicologia.es

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