Síntomas del Trastorno de Identidad Disociativo (2ª parte)

Aquí vamos con la segunda parte de la sintomatología en el Trastorno de Identidad Disociativo (TID).

SINTOMAS CORPORALES DE LA DISOCIACIÓN:
Respecto a los síntomas corporales, las parálisis, convulsiones y pseudocrisis epilépticas son las más conocidas en el caso del TID. También es frecuente encontrarnos con alucinaciones auditivas.


LAS INTRUSIONES:
Las intrusiones pueden verse reflejadas  en forma de pensamientos egodistónicos (como en el Trastorno Obsesivo Compulsivo), voces  (voces infantiles, voces amenazantes, voces que discuten entre ellas...) o sensación de estar siendo controlado por una fuerza externa que parece que te lleva a hacer cosas que no quieres hacer. Todas ellas pueden estar presentes en el TID y reflejan alteraciones o confusión con la propia identidad (de esto te hablé en el post anterior). Las voces disociativas se distinguen de aquellas presentes en la esquizofrenia en que las primeras suelen surgir en  la infancia. 


REGULACIÓN EMOCIONAL Y SISTEMAS DE CREENCIAS:

Resultado de imagen de emocionesEn las relaciones de apego de la infancia establecemos los  mecanismos de regulación emocional y las creencias centrales sobre la propia identidad (quién soy). Ya hablamos en un post anterior del apego desorganizado que suelen haber padecido las personas con TID. Si el niño no tiene una figura de apego sana, aumentan las probabilidades de  padecer futuros problemas de identidad y problemas en la regulación de las emociones. Generalmente, las personas con TID rechazan las emociones relacionadas con la vulnerabilidad y con el apego debido a su apego desorganizado en la infancia. Cualquier emoción relacionada con el mismo, la perciben como un peligro. Muchos también  rechazan ciertas emociones positivas como la alegría, la afectividad o el cariño porque  las desconocen y las pueden interpretar como posible amenaza. La culpa y la vergüenza también son emociones que bloquean.

Como comentamos en el post anterior, los pacientes con TID suelen tener problemas en reconocer las propias emociones y las ajenas, ya que no desarrollaron lo que llamamos mentalización ¿qué es eso? es la capacidad de percibir a los demás como diferentes a mí. La mentalización se desarrolla a través de un apego adecuado en la infancia. Si la persona no ha tenido una relación sana con su cuidador principal, es difícil que haya podido desarrollar un nivel adecuado de mentalización.

Las creencias básicas se  crean en la infancia, a través de las experiencias y la educación recibida. En los casos de TID la fragmentación es elevada, lo que significa que pueden haber diferentes personalidades que funcionen de forma independiente, las creencias o esquemas básicos pueden ser muy diferentes según cada una de las  personalidades. Por ejemplo, puede haber una personalidad muy introvertida y tímida, mientras que otra sea el alma de la fiesta; o puede haber una personalidad con buena voluntad mientras que otra sea extremadamente agresiva.

En cualquier caso, los síntomas mencionados  no son exclusivos del TID. Pueden formar parte de otros trastornos disociativos, o incluso de otros trastornos psicológicos de distinta naturaleza.  Por ello, la evaluación de un posible caso de TID ha de ser exhaustiva y tener muy en cuenta si hay relación entre estos síntomas y un acontecimiento traumático grave en la infancia, ya que esto puede ser un factor clave a la hora de llevar a cabo un correcto diagnóstico.
                                                                            
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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es

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