Preguntas típicas a un psicólog@

Cuando dices que te dedicas a la psicología, la  gente hace ciertas preguntas y algunas de ellas suelen ser muy frecuentes. Hoy me apetece comentarte algunas de ellas, sobra decir que únicamente es mi punto de vista y experiencia personal /profesional (y la de algunos compañer@s con l@s que he compartido estos temas). Vamos con algunas...

4 elementos para una desconexión inteligente – C-ven Technologies Cuando digo a qué me dedico, la pregunta que me hacen con más frecuencia  sería  aquella de: “¿Puedes desconectar de los casos que tratas una vez sales del trabajo?” y a continuación  viene el típico  “Yo no podría”. Sí  se puede, en mayor o menor grado, pero se puede y se debe. De otra forma ejercer esta profesión  sería  inviable a largo plazo sin poner la propia salud mental en juego y consecuentemente la calidad del propio trabajo. Obviamente al principio cuesta más  pero como todo en esta vida, el ser humano se habitúa  a las situaciones  cuando se expone a las mismas repetidamente y esto no es diferente.
En mi caso en concreto reconozco que he sabido desconectar casi por completo  desde  que empecé a ejercer, lo que considero una suerte porque recuerdo que al principio era algo que me preocupaba no saber hacer, supongo que como a la mayoría de mis compañeros cuando empiezan. Tengo compañeros  a los que les cuesta más  pero siempre se esfuerzan en alcanzar cierto grado de desconexión  de los casos que tratan por su propio bienestar. Ojo, no hay que confundir esta desconexión  de la que hablamos con una falta de interés  por los pacientes. Nada más lejos de la realidad. Se trata de  saber poner límites.


Otra de las preguntas que  me han hecho en varias ocasiones es la de si  yo misma voy a un psicólogo.  A veces me lo preguntan pensando que al oír tantas situaciones problemáticas, el psicólogo  puede necesitar terapia para cuidar su propia salud mental. En otras ocasiones  lo hacen porque hay gente que piensa que los terapeutas deberíamos  pasar por terapia, la necesitemos o no, como “parte obligada" de nuestra trayectoria profesional. No voy a un psicólogo. Sí  que es verdad que este tipo de trabajo demanda una gran cantidad de energía  mental  y emocional, sobre todo cuando se lleva un ritmo laboral  relativamente alto. Recuerdo que en el pasado siempre me comentaban cosas como “Es una profesión dura, yo no podría” y recuerdo que todas y cada una de las veces que me han hecho este comentario, siempre se me ocurrían  decenas de profesiones mucho más  duras que la mía. Y si bien sigo pensando lo mismo, a día de hoy puedo afirmar que este trabajo te tiene que gustar porque realmente requiere una alta demanda de energía. Si te gusta, el  resto compensa.

Re-construyendo la realidad desde la terapia narrativa. | by tania ...Si bien es cierto que no voy a terapia, sí es verdad que me he dado cuenta de que tengo necesidades que antes no tenía y estas se deben al carácter  de mi trabajo. Por ejemplo, me he convertido en una gran admiradora del silencio. Lo necesito diariamente más que antes. En mi caso, la ausencia de estímulos externos me ayuda a recargar pilas, ya que en terapia suele darse la situación contraria. A nivel personal, esta es una de las muchas formas que tengo de  recuperar la energía invertida en consulta sin necesidad de acudir a otro profesional, aunque hacerlo sería  una forma tan válida  como cualquier otra. Cada compañero lo hace a su manera y a fin de cuentas lo que importa es que dé resultado, ya que esto repercutirá  positivamente en la salud mental y en la calidad del trabajo.


Otra cuestión que surge a veces es si he llorado en consulta. Considero que como profesionales  debemos intentar aguantar, aunque hayan situaciones en las que a veces se hace muy difícil. Desde mi punto de vista, el paciente tiene que tener al psicólogo  como  un pilar fuerte, una base sólida  en la que apoyarse hasta que encuentre la suya propia. El paciente tiene que sentirse cómodo  llorando sin necesidad de preocuparse  por los sentimientos  que ese desahogo pueda provocar en el profesional que lo trata. En la sesión la atención  ha de centrarse en una persona y esa no es el terapeuta.
Me habrá pasado dos o tres veces a lo largo de mi trayectoria pero admito que  se me han puesto lágrimas en los ojos al ver llorar delante  mío a alguno de mis pacientes y he llegado a escribir alguna nota o mirar unos segundos hacia otro lado para evitar que esas lágrimas cayeran. Con los años de ejercicio,  el impacto que te causa ver llorar a una persona en consulta no es el mismo que al principio. Si no fuera así, sería una locura para el profesional. Sin embargo, normalizar algo por estar habituado a ello no te hace inmune...


Es normal la Depresión? - Una reflexión, por Ray González

Ah sí..-  se me olvidaba... También  está  la pregunta del millón:Verás  muchas rarezas ¿no? Porque la gente está  muy mal". Me vas a perdonar  pero "las rarezas" me las suelo encontrar más  bien fuera de consulta. Mi respuesta siempre ha sido la misma hasta ahora: la verdad es que no, viene gente muy normal (si es que eso de normal significa algo). El 90% de la gente que viene a terapia suelen ser personas inteligentes, con sentido común y “bien amuebladas" pero con  problemas que no logran resolver por sí mismos y piden ayuda. Nada más. Siempre hay excepciones pero, como he dicho, me encuentro muchas más "excepciones" fuera de mi trabajo.

Probablemente tras publicar este post se me ocurran más preguntas pero aquí están algunas de las más frecuentes. Algún día haré alguno sobre las falsas ideas que mucha gente tiene sobre  nuestra actividad...




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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es







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