Disonancia cognitiva: porqué nos gusta autoengañarnos



Ana ha solicitado  una beca postdoctoral para irse a Estados Unidos los próximos dos años. Está muy ilusionada, es el sueño de su vida y la intuición le dice que la van a elegir a ella. Sin embargo, su tutora le ha dicho que es  muy difícil que se la den porque hay candidatos de todo el mundo y solo 5 plazas. Casualmente desde que solicitó la beca Ana  no para de ver banderas de USA por todas partes, lo que interpreta como "señales confirmatorias" de que se la van a dar a ella, y eso  la mantiene ilusionada y aumenta su sensación de seguridad.

Ayer dos buenos amigos de Carlos le dijeron que vieron a su novia paseando de la mano con otro hombre. Carlos está convencidísimo de que sus amigos vieron a alguien que se parecía mucho a su novia pero que definitivamente no podía ser ella porque le dijo que se pasaría todas la tarde con las oposiciones. Y su novia jamás le haría algo así, es imposible. Agradece a sus amigos su lealtad pero seguro que se equivocan.

Luis quiere dejar su trabajo pero tiene miedo de cometer un error haciéndolo y arrepentirse. No para de decirse  que  aún es joven, que tiene un buen CV, que seguro que tarde o temprano le cogerán en algún sitio, que tiene muchos contactos que le podrán ayudar... Todo este discurso interno que Luis se repite le ayuda a convencerse a sí mismo de que irse es lo correcto.

Maya miente a sus padres todos los fines de semana cuando les dice que se va a dormir a casa de su amiga Cristina y en realidad se va a casa de su novio. Se siente culpable por mentirles pero se justifica a sí misma pensando que algunas de sus  amigas también mienten a sus padres y el mundo no se acaba por ello.

La disonancia cognitiva (termino acuñado por Leon Festinger, por si te apetece indagar sobre el tema) es la incomodidad o tensión interna  que sentimos cuando entran en conflicto algunas de nuestras propias ideas/creencias/actitudes. También ocurre cuando entran en conflicto nuestra forma de pensar y nuestra conducta.  Cuando esto pasa, las personas tendemos a "modificar"  nuestros esquemas para encontrar de nuevo cierto equilibrio o sincronía entre nuestros pensamientos, actitudes y conductas. Es algo así como "Uy, esto no me gusta, no me encaja. Espera que lo reordeno a mi modo para que todo cuadre de nuevo y quedarme a gusto, tranquilo" 

Cuando intentamos resolver la disonancia cognitiva, básicamente lo que hacernos es autoengañarnos. ¿Por qué lo hacemos? a veces para protegernos de ciertas realidades que no queremos/podemos digerir. Por ejemplo, Carlos se protege de la posible idea de una infidelidad, lo que destrozaría sus planes de futuro con su novia y la imagen que tenía de ella, a la que adora. Resolver la disonancia cognitiva también sirve para hacernos la vida más agradable, ilusionarnos y subirnos el estado de ánimo como el caso de Ana interpretando ciertos sucesos como señales de que lo que quería iba a llegar.  O también puede ayudarnos para motivarnos a hacer algo que nos cuesta hacer, como es el caso de Luis. Otras sirve para justificar una conducta que, simplemente, nos apetece hacer pero nos sentimos mal por ello, como Maya.  

En resumidas cuentas, resolvemos la tensión interna que producen estas disonancias cognitivas  para "creer lo que queremos creer"  y seguir con nuestras vidas. De esta forma, intentamos mantener un coherencia con nuestra propia identidad, intentando moverla lo menos posible. Al final, si lo miras bien, es una forma que nuestra mente tiene de ahorrar esfuerzo y energía.  Vamos, que modificamos la realidad para que el resultado nos convenga aportándonos sensación de tranquilidad y estabilidad. A veces las circunstancias permiten que mantengamos nuestro autoengaño siendo este incluso adaptativo porque nos ayuda. Por ejemplo, en el caso de Luis se atrevió a dejar su trabajo y al final encontró un trabajo mejor en poco tiempo. Otras veces, las circunstancias nos obligan a darnos cuenta de que estábamos interpretando la realidad de forma poco realista. Por ejemplo, en el caso de Carlos, si pillara a su novia siéndole infiel, no le quedaría otra que admitir su autoengaño y empezar a trabajar en aceptar la realidad.

La disonancia cognitiva y los intentos por deshacernos de ella, no solo se dan en nuestro día a día ordinario sino también dentro de los diferentes trastornos psicológicos. Obviamente, en estos casos no suele ser adaptativo porque el paciente lo usa  para justificar sus ideas distorsionadas. Vamos con un par de ejemplos para que veas a lo que me refiero:

Por ejemplo, en el caso de un TOC supersticioso en el que la paciente cree que cuantas más veces piense en la obsesión (ej. mi hijo va a ponerse enfermo esta semana), más probabilidades hay de que esta se cumpla, ya que según ella "los pensamientos tienen poder por sí mismos y envían energías al resto del universo". Cuando hacemos un experimento conductual poniéndolo a prueba y el resultado es que al niño no le pasa nada, la respuesta es: "es que no lo he pensado con bastante fuerza; o, es que lo he pensado muchas veces pero aún así no lo bastante; o, es que no me centré en que era esta semana y a lo mejor cae enfermo en un mes" ¿Qué está haciendo? la paciente cree que los pensamientos por sí solos crean situaciones pero el resultado del experimento le dice que su creencia es errónea. Esta incomodidad que surge de esa disonancia (dos informaciones contradictorias) la resuelve buscando justificaciones que le permitan mantener su idea inicial (idea TOC: poder de los pensamientos) y así desechar cualquier otra posible idea con plena convicción.


Otro ejemplo, un caso de celos patológicos en el que Juan cree desde hace un año que Pilar le engaña pero no hay evidencia alguna de ello. El otro día ella se tuvo que ir a una reunión que terminó a las tantas y  él, al sospechar de que estaba con otro, llamó a la jefa de Pilar, la cual le confirmó que estaban en una reunión. En lugar de desechar su idea inicial de infidelidad, Juan interpretó que  Pilar y su jefa estaban compinchadas en el engaño. De ese modo, una vez más, Juan resuelve la tensión interna que le crea la información que no encaja con su idea inicial de infidelidad.

Estos son dos casos en los que la resolución de la disonancia lleva a sostener y perpetuar ideas equivocadas y dañinas para  quién las mantiene, consecuentemente esto lleva a un mantenimiento y agravamiento del trastorno. Aquí te he puesto un par de ejemplos pero este tipo de situaciones son muy frecuentes y la resolución de las disonancias cognitivas en el caso de desórdenes psicológicos nunca son adaptativas porque perjudican al paciente. Esto nos demuestra que un mismo fenómeno psicológico puede ser adaptativo en algunos casos y  muy disfuncional en según qué otros. Para los últimos, experimentos conductuales y Diálogo Socrático son dos buenas opciones de terapia cognitiva  para trabajar este  tema, ya que ayudan al paciente a identificar y modificar interpretaciones irracionales. Y tras conseguirlo, lo suyo sería ahondar en las creencias irracionales de base que han llevado al paciente a interpretar la realidad de esa forma. 

Con posibilidad de terapia on-line

 

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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es


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