Psicópatas extremos


En  un post anterior te hablé del psicópata integrado.  Hoy me gustaría hablarte de la versión más radical de este perfil: el psicópata extremo. En este grupo entrarían muchos de los criminales que  vemos en las noticias.  A diferencia del psicópata integrado, los rasgos de personalidad antisociales del psicópata extremo van mucho más allá, llevándolos a cometer actos criminales.

La serie Mindhunter (Cazador de Mentes) está basada en un libro y este a su vez relata la experiencia de un agente del FBI, John Douglas, pionero a la hora de establecer un protocolo para detectar este tipo de perfiles psicológicos  en criminales. No he visto la serie pero sí me he leído el libro, que ya dicho sea de paso te lo recomiendo únicamente si tienes estómago para aguantar  el  sumo detalle con el que el autor  relata los crímenes llevados a cabo por estos individuos.

Resultado de imagen de mindhunterLa realidad es que este agente del FBI fue entrevistando  uno por uno  durante años a algunas de las mentes más perversas, que en aquel momento estaban en prisión, con el objetivo de conocer mejor cómo funcionaban: ¿por qué actuaban así?; ¿cuáles eran sus objetivos?;  ¿elegían hacer daño o no podían controlar sus impulsos?; ¿sabían distinguir entre el bien y el mal?; ¿un psicópata nace o se hace?; ¿podían reinsertarse en la sociedad una vez cumplida su condena?; ¿qué factores en común tienen los individuos con este perfil?;.... estas eran algunas de las cuestiones que se planteaban por aquel entonces.Mencionar que  esta investigación comenzó en los años 70. En la actualidad,  gracias al trabajo que se llevó a  cabo esos años, el FBI dispone de muchas más herramientas para poder  atrapar a este tipo de criminales. Saber cómo piensa un psicópata puede resultar de gran utilidad (clave, en realidad) en las investigaciones, lo  que se demuestra  a lo largo de los numerosos casos que se exponen en este libro.

Me gustaría destacar  algunas de las conclusiones clave que se extraen de esta lectura. Y cuando digo esto, entiéndase: de la investigación que se llevó a cabo. Según el autor:
  • La gran mayoría de individuos psicópatas extremos son hombres.
  • El comportamiento del criminal define en gran parte su personalidad. Cada uno de los detalles del crimen nos está dando señales de la personalidad del individuo: edad, grado de introversión, inseguridad, ego, nivel de adaptación social...
  • Los psicópatas extremos tienen un trastorno mental grave pero no hay que confundir un psicótico con un psicópata. Por lo general, los psicópatas están en contacto con la realidad todo el tiempo. Cuando deciden cometer un crimen, saben lo que están haciendo en todo momento. Es una elección.
  • En los crímenes sexuales  el motivo no suele ser el sexo en sí mismo, no se llevan a  cabo por una satisfacción sexual sino más bien por enfado y rabia contenidos hacia el mundo en general y/o hacia las mujeres en particular.
  • Debido al punto anterior, el autor afirma que la solución no es la castración de los pedófilos  y violadores, ya que su motivación principal no es la sexual, sino la rabia. Como dice en el libro: castra a un psicópata y tendrás a un psicópata más cabreado.
  • Es fácil que un individuo con este perfil engañe a profesionales de la salud mental. Son evaluadores expertos, antes de que los hayas evaluado ellos ya te han evaluado a ti. Los profesionales de la salud mental deben tener esto muy en cuenta en las terapias o evaluaciones que tengan que llevar a cabo.
  • El autor comenta que desde su vasta experiencia la reinserción de estas personas en la sociedad no es posible. En el libro habla de casos en los que por un motivo u otro  el criminal recuperó su libertad y en todos los casos reincidieron.
  • Siempre son personas con una infancia muy problemática. No sabemos hasta qué punto influye la genética y hasta qué punto lo hace el ambiente pero sí parece haber un vínculo claro: tener ese tipo de infancia aumenta las probabilidades de crear este tipo de individuos.

Creo que una de las principales reflexiones  que uno hace al terminar este libro es que hubiera sido de estas personas si hubieran tenido una infancia distinta. Si no se les hubiera enseñado el castigo, en todas sus formas (abusos, malos tratos, humillación, desatención...), como único o principal medio de educación... Si se hubieran sentido amados, protegidos, cuidados ¿se hubieran podido evitar  la mayoría de estos crímenes?  Aún con la responsabilidad que se le pueda atribuir a la parte genética si realmente la hay ¿hubiera podido modularse con una buena infancia? ¿existirían estos depredadores si hubieran tenido un apego adecuado? Por regla general, el ser humano aprende de lo que ve, especialmente en la infancia ¿qué podemos esperar que aprenda alguien que solo conoce el castigo sino a castigar? 

No se trata de exonerarlos de su culpa porque fueron  responsables de cada uno de sus actos. Se trata de reflexionar acerca de cómo la sociedad contribuye a crearlos.


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Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es

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